El Instituto Nacional de Migración (INM) dio a conocer que otorgará visas por razones humanitarias, a 58 migrantes que el pasado domingo 27 de noviembre accedieron a abandonar el campamento que mantenían en la ribera del Río Bravo, para resguardarse en uno de los albergues dispuestos para ellos en Ciudad Juárez.
Además, se les apoyará en el trámite para la obtención de una Cédula Única de Registro de Población, para que tengan la posibilidad de acceder a un empleo durante su estancia en dicha localidad fronteriza.
Desde el domingo, las 58 personas se trasladaron al Centro Integrador para el Migrante (CIM) “Leona Vicario”, tras un operativo en que autoridades de los tres órdenes de gobierno realizaron en conjunto para persuadirlos a dejar el campamento que desde hace varias semanas mantienen en el bordo del afluente.
Dicha acción se desarrolló durante la mañana dominical y desató un breve enfrentamiento, ante la negativa de las familias de dejar el lugar, desde el cual esperan ser llamados por las autoridades estadounidenses, para cruzar y recibir asilo.
La movilización policial dejó a dos policías lesionados y daños, particularmente en algunas casas de campaña ocupadas por los migrantes.
De acuerdo con la Segob, los extranjeros que optaron por la asistencia y auxilio de Grupos Beta de Ciudad Juárez para dejar el campamento, disponen ahora de servicios básicos como agua potable, baños, comedor, dormitorios y servicio médico, entre otros, en las instalaciones del CIM.
La evacuación, según autoridades, se intentó ejecutar con la finalidad de evitar que las familias, en su mayoría de origen venezolano, permanezcan expuestas a las temperaturas congelantes que se registran en la región.
Protección Civil del Estado y autoridades sanitarias determinaron que la zona donde están instalados es de alto riesgo de inundación y de posibles infecciones, debido a la contaminación que provocan las descargas de drenaje en esa parte, aledaña al centro de Ciudad Juárez.
Además se advirtió del peligro de eventuales incendios debido a que para mitigar la onda gélida, las personas improvisan fogatas y calentones, tanto fuera como dentro de las carpas, lo que representaba un riesgo para los adultos y menores que ahí acampan.