A poco más de un mes que una turista de origen español fuera expulsada de la zona arqueológica de Chichén Itzá, este domingo 29 de enero, se dio a conocer un nuevo caso en el que una persona extranjera burló la vigilancia y subió al Castillo de Kukulcán, lo que ocasionó el enojo de las personas que se encontraban en el lugar.
Nuevamente, los turistas presentes reprobaron el accionar de la persona, e incluso, uno de ellos lo agredió dándole un golpe con un pedazo de madera en la cabeza.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el ciudadano, de nacionalidad extranjera, no logró acceder a la cúspide de la pirámide, a la cuál inició el ascenso accediendo por un área no autorizada, según su versión, para tomar unas fotográfias.
Ante está situación el sujeto fue obligado a descender del Castillo por el personal de seguridad de la zona arqueológica de Chichén Itzá, quienes lo sacaron de la zona arqueológica y lo pusieron a disposición de las autoridades.
Esta acción se realizó luego que el personal de custodia de la zona arqueológica activo el protocolo de seguridad, realizando la detención del infractor, pues su comportamiento generó indignación entre los demás visitantes.
El INAH informó que el turista que se subió al Castillo de Kukulcán fue turnado a la autoridad y tuvo que pagar una multa de 5 mil pesos al Ayuntamiento de Tinum, localidad dónde se ubica la zona arqueológica de Chichén Itzá, pues no hubo daño al monumento histórico de la cultura Maya, considerada Maravilla del Mundo Moderno, que en el 2022 recibió más de 2.5 millones de turistas, siendo la más visitada del país.
Esta sanción se basó en el artículo 52 de la Ley Federal Sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas, Artísticos e Históricos que señala que aquella persona que altere o destruya un monumento arqueológico, artístico o histórico, se le impondrá prisión de tres a diez años y multa hasta por el valor del daño causado.