ESTADO DE MÉXICO.- En plena temporada de lluvias, las presas Miguel Alemán, en Valle de Bravo, la de Villa Victoria y la de El Bosque, en Michoacán, registran un estrés hídrico no visto desde hace 27 años, pero estos bajos niveles de almacenamiento se han registrado desde que apareció la pandemia de COVID-19, es decir en 2020, coinciden lugareños de Villa Victoria y Valle de Bravo.
Registros de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) indican que el almacenamiento de los tres cuerpos de agua ronda los 272.89 millones de metros cúbicos, lo que representa el 34.9 por ciento de su capacidad.
En recientes días la presa de Villa Victoria, ubicada en la región mazahua del Estado de México, era la más “castigada” por las lluvias, pues solo tenía 39.96 millones de metros cúbicos de agua, lo que representaba apenas el 21.5 por ciento de su llenado total.
Le seguía la de El Bosque, en Michoacán, con 72.28 millones de metros cúbicos de agua, lo que significaba un llenado de 35.7 por ciento; y la Miguel Alemán contenía 160.65 millones de metros cúbicos de agua, lo que daba un 40.7 por ciento de su llenado global.
Avionetas dispersan nubes en la presa, y ya no llueve
Al ser visitada por El Financiero la presa de Villa Victoria, los señores Raymundo Domínguez y Álvaro Solís, acusaron que sobre este cuerpo de agua pasan por el día dos avionetas y dispersan las pocas nubes que se forman, por lo que ya no llueve o cae poca lluvia en las noches.
El primer comunero, quien lavaba ropa a orillas del cuerpo de agua, sostuvo que las lluvias ya “se tardaron porque en otros años ya estaba lloviendo en este mes, nos preocupa porque todos los que nos dedicamos a cultivar el maicito se está secando, siembro poco, pero sí siembro, ahorita el maicito está marchitado por la lluvia que no ha caído. Hasta un mes aguantaría el maíz, pero si no llueve en un mes se va a perder”.
Es de recordar que entre los meses de marzo, abril y mayo pasados, el Gobierno de México proyectó en las inmediaciones de cada cuerpo de agua para hacer bombardeo de nubes con yoduro de plata sobreenfriada para que lloviera y esto recargara las presas, sin embargo, el poblador afirma que durante el día pasa una avioneta que “riega un líquido, has de cuenta, ahorita que quiere llover y nomás pasan dos aviones a darle vuelta a las nubes y se desaparecen las nubes, en tiempo de lluvias los aviones andan arriba, sí llueve pero nomas de noche porque en el día cuando pasan los aviones no llueve”.
Álvaro Solís puntualizó que les preocupan los bajos niveles de agua de la presa, porque muchos comuneros dependen de esta, ya sea porque pescan o acarrean agua para el ganado.
“Las lluvias desde hace tres años han sido muy pocas, muy pocas, no ha habido lluvia como tal, esas avionetas que andan, se va a dar cuenta y nada más aparecen las nubes y andan esas avionetas, pero quitan, a que se pierdan las nubes de nuevo, no quiere llover, son esas avionetas, son dos nada más las que andan, nosotros hemos estado chocando y sí nos preocupa demasiado porque con esta presa nos mantenemos todos los de alrededor”, indicó el poblador.
El estrés hídrico de este cuerpo de agua afecta actualmente a poblaciones como Vivero, Puerta del Pilar, Cerritos, Las Peñas, Xochitepec, Casas Coloradas y La Presa.
Al llegar a la presa Miguel Alemán, en Valle de Bravo, el comerciante Martín López Ortega, sostuvo que los vallesanos nunca habían visto tan bajos los niveles de la presa, “preocupa porque produce más calor, ya no hay viento del agua, ya no, ha bajado el turismo y el mismo turismo sabe que ha estado bajando la presa, dos lluvias han caído”.
El ecosistema de las presas está en peligro
Pedro Ávila Pérez, miembro de la Academia Mexicana de Ciencias, sostuvo que, una presa entre más bajo tenga su nivel, se altera su ecosistema, se revuelve el agua con sus niveles de sedimento y basura, lo que llevará más tiempo limpiarla y el costo económico será mayor.
Advirtió que las tres presas que conforman el Sistema Cutzamala tienen el riesgo de colapsar, pues para que funcionen correctamente deben tener un llenado de 50 por ciento, “las sequías de este año han sido extremadamente altas”.
Estudios revelan, dijo, que en México entre el 76 y 77 por ciento del agua se ocupa en la agricultura, el nueve por ciento en la industria y solo el 15 por ciento es para consumo humano, por lo que es necesario y urgente cuidar el recurso natural.
Es de señalar que el monitoreo de sequía que realiza la federación indicó hasta la semana pasada que 124 de los 125 municipios presentaba algún grado de aridez.