La actuación evasiva de los gobiernos de Jalisco y federal en torno a la desaparición de cinco jóvenes en Lagos de Moreno, Jalisco, contribuye a la sensación de que el país va a la deriva en materia de seguridad, dijo Rossana Reguillo Cruz.
“Hay una sensación de que todos somos vulnerables porque no hay autoridad. Es muy fuerte: habla del abismo que se abre entre la ciudadanía y el Estado”, aseguró la investigadora emérita del Sistema Nacional de Investigación (SNI).
Reguillo Cruz, también académica del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), dijo que lo ocurrido el 11 de agosto tiene antecedentes históricos.
“Lagos de Moreno ha ido viendo un incremento de desapariciones y el aumento de una violencia brutal en la que morir no es suficiente: hay que decapitar, desmembrar, es una espiral creciente de terror”, agregó.
En entrevista, dijo que el caso Lagos de Moreno tiene tres elementos que han sacudido al país: la biografía de las víctimas, la filtración del video y la colisión del caso con la conferencia del presidente López Obrador.
“Cuando ocurren casos como éste hay un intento continuo de las autoridades y de la sociedad por vincular a las víctimas con el narcotráfico. El argumento de que ‘en algo andaban’ no es suficiente”, dijo.
Sobre el video, aseguró que es “brutal” y está dotado de una terrible intencionalidad, “es la espectacularización del horror”.
Agregó que el tratamiento del tema en la mañanera generó “una sensación de estar a la deriva, de que no hay una autoridad capaz de contener estos actos”.
El 11 de agosto se reportó la desaparición de Carlos Olmeda, Uriel Galván, Adolfo Martínez, Dante Cedillo y Alberto Lara, de entre 19 y 22 años, quienes iban a la feria de Lagos de Moreno. Se difundieron una fotografía y un video donde se les ve maniatados, arrodillados y atacarse entre sí. Aunque se habla de su muerte, no se ha oficializado la localización de los restos.