El Ejército de Guatemala dio a conocer que intensificó, con cientos de efectivos militares y policiacos, la vigilancia de la línea fronteriza con Chiapas y los cruces informales que hay con México, para evitar que los cárteles de la droga mexicanos que se están enfrentando por el control de las rutas de tráfico en esta región, extiendan sus acciones armadas a la nación vecina.
A través de su cuenta de la red social X (@Ejercito_GT) el ejército guatemalteco compartió tres videos en los que se observa a integrantes de sus cuerpos de seguridad uniformados con cascos, chalecos antibalas y armas de grueso calibre, colocados en la línea limítrofe entre ambas naciones.
La línea fronteriza se encuentra delimitada por ‘mojones’, unas estructuras de cemento en forma piramidal color blanco, que se extienden en línea recta a lo largo de los 965 kilómetros que separan los dos países.
Entre cada estructura se extiende la vegetación, por lo que el cruce para uno y otro país es posible hacerlo caminando o en vehículo, a través de cruces informales constituidos como caminos rurales que la población de la región utiliza de manera cotidiana.
En este caso, en uno de los videos un militar explica que la frontera se reforzó en el punto conocido como La Democracia, del Departamento guatemalteco Huehuetenango, que colinda con zona sierra de Chiapas, región en la que los cárteles de la droga mexicanos han sostenido enfrentamientos desde hace cuatro años, pero donde este mes instalaron retenes para impedir el paso de pobladores que son utilizados como escudos humanos en los enfrentamientos.
El militar guatemalteco dice en el video que “unidades del Ejército de Guatemala y de la Policía Nacional Civil que están ejerciendo presencia y control del mismo. Esto ejerciendo las instrucciones del señor presidente de negar cualquier posibilidad o bien de grupos hacia territorio guatemalteco que puedan socavar la seguridad y la gobernabilidad de los habitantes de la región”.
Habla que se ha destinado una fuerte cantidad de efectivos militares y policiales, quienes tienen a su cargo operaciones interinstitucionales.
Desde el pasado 22 de septiembre, el Coronel Alex Tuyuc, de la Brigada de Montaña del Ejército de Guatemala de ese país, había informado que la Brigada de Operaciones para Montaña se hizo presente en el municipio de Tacaná, “con la intención de recuperar el control en el área de jurisdicción, por las amenazas que han venido sufriendo (…) las amenazas por parte de cárteles mexicanos que hoy en día están operando en el área de Motozintla, Chiapas, y que en algún momento y que en algún momento pudieran movilizarse a territorio guatemalteco”, explicó.
Sometida y obligada a participar con crimen organizado, así vive la población en Chiapas
La disputa por el control de las rutas de tráfico de mercancía ilegal y de personas que pasan por Chiapas, que mantienen los dos principales grupos del crimen organizado del país, está teniendo un muy alto costo entre la población de este estado ubicado en la frontera sur del país; a quienes se les está obligando a participar de manera activa, a colocar retenes para impedir el paso de uno u otro grupo, se les está reclutando de manera forzada, cobrando cuotas, amenazando, secuestrando, castigando a quienes se niegan, y obligando a vitorear a ambos cárteles.
Desde inicios de septiembre en al menos ocho municipios de las zonas fronteriza y sierra -Frontera Comalapa, Chicomuselo, Motozintla, Siltepec, Amatenango de la Frontera, Mazapa de Madero, La Grandeza y El Porvenir- donde viven 280 mil habitantes, la población ya no puede salir de sus viviendas, a menos que sea para participar en los enfrentamientos y retenes tanto del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) como en el Cártel de Sinaloa.
El pasado sábado 23 de septiembre, en el crucero conocido como Chamic, un convoy de camionetas artilladas propiedad de uno de los grupos del crimen organizado desfiló ante la mirada de cientos de pobladores que fueron obligados a colocarse en filas a orilla de la carretera, con la consigna de que gritaran vítores al convoy.
Mientras, en las cabeceras municipales de Motozintla, Siltepec y Frontera Comalapa, uno de los cárteles sacó de las viviendas a los hombres y los llevaron a las plazas centrales, a algunos les dieron armas para integrarlos a los comandos que recorren calles y carreteras, otros fueron llevados a los retenes que hay en las entradas para que impidieran el paso del grupo contrario.
De esto han dado cuenta por medio de mensajes que logran enviar pobladores pidiendo ayuda, y los videos que los propios cárteles graban y envían a través de redes sociales, como parte de su estrategia para provocar temor y someter a la población.
En algunos de estos videos se observa cuando asesinan a personas que, por sus ropas, parecen pobladores de la zona; no llevan uniformes camuflados ni ropas negras como las que portan los integrantes de los cárteles.
De la situación no han querido hablar las autoridades de Chiapas. Pero este sábado 23 de septiembre, las Diócesis de San Cristóbal de Las Casas y Tapachula hicieron públicas cartas en las que cuestionan el actuar de la autoridad y señalan la gravedad de la situación.
En el comunicado que titularon “CHIAPAS DESGARRADO POR EL CRIMEN ORGANIZADO”, acusan “la omisión del estado de frente a esta realidad mantiene a los pueblos en la incertidumbre total. Hacemos un llamado a la comunidad internacional a visibilizar la situación de violencia que se ha perpetrado en nuestro Estado de Chiapas y que las autoridades correspondientes respondan brindando seguridad al pueblo”.