Pese a que la Presa Abelardo L. Rodríguez, aledaña a Hermosillo, es Área Natural Protegida, el Gobierno de Sonora ha planteado la necesidad de cancelarla para urbanizar el 75 por ciento de sus terrenos.
El gobernador Alfonso Durazo planteó que el objetivo es utilizar los recursos financieros que se generen por la venta de los terrenos, para construir tres presas aguas arriba, en la cuenca del Río Sonora.
La presa fue por muchos años la principal fuente de agua potable para la capital de Sonora, pero ahora se encuentra apenas al 0.088 por ciento de su capacidad, debido principalmente a que las aguas que bajan por el río Sonora se quedan en la Presa El Molinito, a menos de una hora al norte.
Por ello, el abasto actual de agua para la ciudad depende en buena medida del recurso hídrico que se trasvasa de la Presa El Novillo, a través del Acueducto Independencia, mismo que el Gobernador pretende dejar de usar y reservarlo sólo para situaciones extraordinarias.
Durante su participación en el Segundo Congreso Interamericano de Suelo, Agua y Agrobiodiversidad, celebrado el pasado miércoles en Ciudad Obregón, Alfonso Durazo reveló que como parte del Plan Hídrico de Sonora, con el que se busca solucionar los problemas de agua para los próximos 50 años, una medida que se analiza es la posible cancelación de la presa principal de la capital sonorense, pues asegura que hace décadas que no aporta una gota para el consumo humano de los hermosillenses.
En rueda de prensa posterior, el vocal ejecutivo de la Comisión Estatal del Agua (CEA), Ariel Monge Martínez confirmó que trabajan en el proyecto para cancelar la presa Abelardo L. Rodriguez y, en su lugar, edificar tres nuevos embalses río arriba, para obtener el almacenamiento y contención que se necesita tanto para dotar del recurso hídrico a la ciudad como para evitar posibles inundaciones.
Monge Martínez aclaró que desde la década de los 90, la administración estatal cuenta con los derechos de concesión para el trasvase de 160 millones de metros cúbicos a la zona urbana de la capital, cuyo volumen establecido es el promedio que aporta el caudal.
”Con ese sistema de presas, más las de El Molinito y Abelardo L. Rodríguez, consideramos que podemos garantizar los dos usos, el del agua potable y el de protección contra inundaciones a la ciudad”, aseveró.
El funcionario estatal confirmó que el Plan Hídrico, también contempla el análisis de un plan para la urbanización de los terrenos de la presa Abelardo L. Rodríguez, para fomentar el crecimiento ordenado de la ciudad y una modificación de uso de suelo.”
La Presa Abelardo Rodriguez se localiza en el límite oriente de la Ciudad de Hermosillo, presenta una superficie de 6.8 Km² y una altura media sobre el nivel del mar de 204 m (S.A.R.H., 1969). Esta obra fue construida sobre el cauce colector del Río San Miguel, en el periodo de 1945 a 1948 por la Secretaría de Recursos Hidráulicos a través de la Comisión de Irrigación y operada actualmente por el Gobierno del Estado de Sonora.
El 29 de septiembre de 2014, se publicó, en el Boletín Oficial del Gobierno del Estado, la declaratoria que reforma y adiciona a la declaratoria que dispone se establezca como Área Natural Protegida, bajo la categoría de Zona Sujeta a Conservación Ecológica, la superficie de terreno de 28,189-83-98.29 hectáreas, donde se encuentra ubicado el sistema de presas Abelardo Rodriguez Lujan-El Molinito y las áreas aledañas necesarias para preservar los ecosistemas propios de la región. La superficie, con esta reforma, se redujo a 17,282-60-30 hectáreas, y se modificó su categoría a Reserva Estatal.
El documento también señala que en una porción localizada más al Sur de la cuenca a la altura de la ciudad de Hermosillo, el 4 de junio de 1938 se decretó un área como “Zona Protectora Forestal de la ciudad de Hermosillo”, donde el principal considerando de este decreto señala que “es necesario conservar y fomentar la escasa vegetación que existe en los terrenos que rodean a la ciudad de Hermosillo, pues con ello se evitará la acción erosiva de los agentes naturales sobre los terrenos en pendientes y cuyos detritus de desintegración son arrastrados hacia las partes bajas” (Diario Oficial de la Federación, 1938).