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Deforestación y violencia acechan al negocio del aguacate en México

Violencia, acaparamiento de agua y deforestación fomenta el cultivo de aguacates para exportación en Jalisco y Michoacán, denunció la CRI.

Violencia, acaparamiento de agua y deforestación fomenta el cultivo de aguacates para exportación en Jalisco y Michoacán, denunció la CRI. (Cuartoscuro / Fotografía Cortesía)

Los aguacates cultivados en Michoacán y Jalisco, que son utilizados para exportación “fomentan la deforestación generalizada” y vulneran los derechos de los ciudadanos en dichos estados, denunció Climate Rights International (CRI) este martes 28 de noviembre.

La organización señaló que los gobiernos de Estados Unidos y México “no están adoptando medidas básicas para detener la devastación” causada por las plantaciones de aguacate, ello, a través del informe ‘El saldo insostenible de la expansión aguacatera: Deforestación, acaparamiento de agua y violencia detrás de las exportaciones de aguacates de México a EE.UU. y otros mercados’.

“Cualquier aguacate que proceda de México pudo haber sido cultivado en terrenos deforestados ilegalmente, usando agua robada”, expresó el director ejecutivo de CRI, Brad Adams.

El estudio detalla que las exportaciones de aguacates al país del norte ascienden a un valor de 3 mil millones de dólares anuales y las destinadas a los mercados de Europa, Canadá y Asia superan los 2 mil millones de dólares en los últimos cinco años, por lo que México es el “mayor productor y exportador mundial de aguacate”.


49 de los 56 municipios de Michoacán y Jalisco con huertas de aguacate certificadas para la exportación a EU contienen tierras deforestadas, según el estudio.

“En muchos casos, la tierra ha sido despejada provocando deliberadamente incendios forestales, lo que también constituye un delito”, detalló CRI, que aseguró que es una problemática reconocida por funcionarios de los estados afectados.

La organización también denunció “hechos de violencia e intimidación contra defensores ambientales”, como líderes indígenas y otros pobladores de la zona, por parte de “grupos de crimen organizado que tienen una fuerte presencia en la región y mantienen múltiples nexos” con el sector aguacatero.

El CRI propuso “una solución sencilla”, la cual consiste en que las autoridades de México y Estados Unidos contrasten los mapas de las huertas certificadas con imágenes de satélite para “identificar huertas que hayan sido deforestadas recientemente y bloquearlas de la certificación para exportación”.


Las empresas también podrían utilizar esta técnica y excluirlas de sus cadenas de suministro, sugirió la organización.

“Las políticas no destruirían a la industria del aguacate en México, dado que la mayoría de las huertas existentes no resultarían afectadas pues están en terrenos que desde hace mucho tiempo se destinan a la agricultura”.

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