Madres de mujeres desaparecidas y asesinadas en México participaron este sábado en una misa, que también sirvió para levantar la voz a la sociedad y al Gobierno federal para que se asignen recursos a la atención y prevención contra el feminicidio y el rapto.
Durante 2023, la fronteriza Ciudad Juárez, en el norte de México, se consolidó como el epicentro de la violencia contra las mujeres en el país, con 155 asesinatos, de los que 25 se tipificaron como feminicidios, la cifra más alta en todo el territorio nacional.
Alejandro Durán, del colectivo Familias Unidas por la Verdad y la Justicia, señaló que esta misa se realiza cada año con una doble intención.
“Es para encontrarnos con otras personas que reconocen nuestro dolor, pero también es un acto público y es decirle a la sociedad y al Gobierno que nosotros no olvidamos… pueden vernos pocos, pueden decir, quizá nadie nos hace caso, pero para nosotros es un acto de resistencia, es un acto de dignidad”, sostuvo.
“Es una crisis nacional”
Agregó que a lo largo de todos los años no han cesado las desapariciones y señaló que los gobiernos federal, estatal y locales tienen una deuda con las familias, pues siguen sin encontrar a las personas desaparecidas, sean hombres o mujeres.
“Es una crisis nacional, hablamos de más de 100 mil personas desaparecidas, más de 3 mil personas en el estado (de Chihuahua) entre hombres y mujeres y es una crisis tremenda porque hay personas que buscamos a nuestros desaparecidos desde hace 10 años, pero también hay los que buscan desde hace un mes”, apuntó el activista.
Dijo que hay mucha dificultad para que la autoridad de seguimiento a los casos, pues las investigaciones llegan a un punto donde no avanzan y si las familias dejan de proveer información, se cierra la carpeta de investigación, se archiva el caso o simplemente no hay más seguimiento.
Añadió que otra gran deuda es el tema de salud de las personas que insisten en encontrar a sus desaparecidos, lo que ha supuesto que más madres y familias estén perdiendo la vida por enfermedades derivadas del desgaste emocional.
Yadira Cortés Castillo, coordinadora de la Red Mesa de Mujeres, indicó que esta misa se realiza a principios de febrero desde 2015 para conmemorar todas estas ausencias.
Señaló que la misa realizada este sábado, además de buscar paz y esperanza, también es una forma de lanzar una alerta a la sociedad y a los Gobiernos sobre el feminicidio, un problema muy arraigado en la fronteriza Ciudad Juárez.
“También es por las víctimas de feminicidio, es una forma más de levantar la voz, de exigir justicia, de exigir búsqueda y por supuesto de prevención, pero lo más importante es acompañar a las familias, a las madres y decirles que no están solas”, indicó Cortés Castillo.
Familias de víctimas, vulnerables a enfermedades físicas y mentales
Señaló que el hecho de que existan más de 130 mil personas desaparecidas en el país significa que hay 130 mil familias que están en una condición de vulnerabilidad, ya que la búsqueda los expone a investigar y a actuar contra distintos grupos de poder.
Además, indicó que una desaparición o un feminicidio trae enfermedades como depresión y ansiedad a las familias, lo que detona en padecimientos físicos como diabetes, paros cardíacos, y hasta cáncer.
La misa se celebró en la Misión de Guadalupe, la primera construcción realizada en Ciudad Juárez cuando fue fundada como Paso del Norte.