En Chilpancingo, Guerrero, sacerdotes consiguieron una tregua para que los grupos del crimen organizado, Los Tlacos y Los Ardillos frenen los ataques en la ciudad, paralizada desde hace semanas por asesinatos de transportistas y amenazas que han llevado al cierre de negocios y escuelas.
Los obispos dialogaron con los criminales, quienes solo accedieron a frenar las agresiones en Chilpancingo, aunque los curas buscan que la tregua se extienda a otros puntos del estado, uno de los más violentos del país.
¿Quiénes son ‘Los Ardillos’?
Los Ardillos es uno de los grupos criminales más poderosos que existen en Guerrero y que controlan la zona del Centro del estado, sobre todo los municipios de Chilapa, Quechultenango, José Joaquín Herrera, y Chilpancingo, liderados por los hermanos Celso e Iván Ortega Jiménez.
Ese grupo delincuencial tuvo sus inicios hace más de 20 años, cuando se dedicaban al secuestro y la extorsión.
Más adelante empezaron a realizar actividades relacionadas con el narcotráfico.
Uno de sus fundadores fue Celso Ortega Rosas, alias La Ardilla, quien había sido policía rural, y que al dejar sus actividades de guardia de seguridad se dedicó a la siembra de amapola en Quechultenango.
Ortega Rosas fue detenido en el 2008 por el asesinato de dos agentes de la procuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SEIDO), según reportes policiacos; logró salir en 2011 de prisión y ese mismo año murió.
Los Ardillos son considerados como uno de los principales generadores de violencia en Guerrero.
Las autoridades los responsabilizan del homicidio de 10 músicos, integrantes del grupo “Sensación” en 2020, entre otros delitos.
En junio pasado, una docena de comunidades de José Joaquín de Herrera y Chilapa denunciaron públicamente una serie de agresiones cometidas por Los Ardillos contra sus pobladores, y exigieron la inmediata intervención de las fuerzas federales para que los detengan y salgan de ese territorio, al cual tienen asolado.
También se acusa a ese grupo delincuencial de la desaparición de por lo menos 30 hombres en mayo del 2015.