Bastaron pocos años para que China se transformara de una economía puramente en efectivo a convertirse en un líder digital. El comienzo de la década del 2000 marcaron sus inicios en el E-commerce. Taobao, el mercado de comercio electrónico fundado por Alibaba, creó Alipay que ofrecía una cuenta de depósito como garantía, con el fin de cerrar la brecha de confianza entre vendedores y compradores. Actualmente Alipay es la superapp (aplicación móvil multiservicios) más popular del mundo con casi 1,300 millones de usuarios.
En 2011, Tencent fundó la aplicación de mensajería WeChat, la cual ha evolucionado a una plataforma multifuncional con servicios como pagos móviles, WheChat Pay, entre otras funciones, formando, hoy por hoy, la segunda superapp más grande del mundo, con un aproximado de 900 millones de usuarios.
WeChat permitía a comerciantes llegar a los consumidores directamente, evitando tarjetas de crédito a través de códigos QR. De esta manera China saltaba el modelo occidental basado en tarjetas de crédito, haciendo una transición asombrosa a una configuración digital basada en billeteras electrónicas y códigos QR.
El gran éxito de este salto se derivó a la gran penetración de teléfonos inteligentes y a la alta propiedad de cuentas bancarias, haciendo excelente la gran combinación de billeteras digitales integradas dentro de teléfonos inteligentes, financiadas con cuentas bancarias y vinculadas a ecosistemas dentro de la aplicación que ofrece todo tipo de servicios.
Para frenar el poder de estas superapps, el gobierno ha centrado esfuerzos en construir una CBDC, haciendo del país el más avanzado a nivel mundial en este tema, como intento de construir una infraestructura de pago pública que competiría con dichos colosales.
Estos no son los únicos temas en los que China vuelve a adelantarse en la carrera hacia la vanguardia. Actualmente, diversas ciudades chinas compiten por ocupar una posición destacada en el desarrollo del metaverso en el país. Recientemente, Nanjing, ciudad capital de Jiangsu, inauguró la plataforma de innovación de aplicaciones y tecnología de metaverso para promover la investigación y su desarrollo en todo el país, y con la cual se espera obtener 19,130 millones de dólares de ingresos anuales a partir de 2025.
Shanghai, a su vez, en su carrera hacia el metaverso calcula ingresos anuales por 49,600 millones de dólares para 2025. Entre los casos que cubren la colección inicial de uso, la ciudad ha mencionado diagnósticos de atención médica virtual y recreaciones digitales de los sitios arquitectónicos históricos de la ciudad. En Hong Kong, como centro financiero, le han apostado a las criptomonedas con las próximas reglas de criptografía. En estas se establece que los inversionistas minoristas pueden comenzar a operar con criptomonedas a partir del 1 de junio, cuando comience un nuevo régimen de licencias para las plataformas de criptoactivos. Esto se produce al mismo tiempo en que la represión regulatoria de estas se fortalece en Estados Unidos.
Beijing, a su vez, recientemente ha presentado el libro blanco sobre innovación y desarrollo de Web3, con el objetivo de convertirse en un centro mundial para la economía digital. Este libro reconoce su tecnología como una fuerza transformadora que revolucionará el panorama digital, reconociendo el potencial de blockchain, aplicaciones descentralizadas (dApps), contratos inteligentes y otros elementos de la Web3 para remodelar la industria y empoderar a las personas a través de la descentralización, transparencia y seguridad.
El camino de la industria Web3 será definido por las mentes innovadoras y los pioneros que converjan en Beijing, quienes escribirán la historia en la evolución digital de nuestro mundo. Sin duda, el lanzamiento del “Informe técnico sobre innovación y desarrollo de Web3 (2023)” es un llamado de atención para todos aquellos que se atreven a soñar, innovar y remodelar el futuro.