De un charco de plástico líquido rojo comienza a surgir una esfera tridimensional de hexágonos y pentágonos conectados y, en tan sólo seis minutos, su forma geométrica final será levantada por el brazo mecánico.
Se trata de un fenómeno conocido como "interfaz de producción líquida continua", y ha sido desarrollado por Carbon3D, una startup en Silicon Valley respaldada por el grupo de inversión en tecnología Sequoia Capital.
Pero si bien esta invención fue inspirada por una escena de la película de ciencia ficción "Terminator 2", en la cual el androide T-1000 surge de un pequeño charco de líquido metálico, la nueva técnica es real y está lista para conmocionar a la industria de la impresión 3D haciendo que el proceso de formación de objetos de plástico sea hasta 100 veces más rápido.
Desde que la impresión tridimensional fue lanzada en la década de 1980, se ha esperado que revolucione la fabricación de componentes complejos, desde implantes médicos hasta piezas de motores a reacción. Pero la creciente competencia de nuevas empresas, como Carbon3D, y de compañías tan conocidas como HP, está ejerciendo gran presión sobre las empresas de tecnología que desarrollaron la incipiente industria.
Dos de las mayores empresas de impresión tridimensional, 3D Systems con sede en Estados Unidos y Stratasys de Israel, ya se están enfrentando al cuestionamiento de su continuo dominio por parte de inversionistas. Las acciones de 3D Systems han caído un 71 por ciento, desde un máximo de 96 dólares, a comienzos de 2014, a 28 en la actualidad. De manera similar, las acciones de Stratasys que cotizan en Nasdaq han perdido un 61 por ciento durante el mismo período, de un máximo de 136 a 56.
"Existe la posibilidad de que consideremos el grupo actual de empresas públicas de impresión tridimensional como las empresas de informática de la década de 1980, marcas que son notas a pie de página en la historia de la computación", advierte Carl Bass, director ejecutivo de Autodesk, una compañía de software listada en la bolsa de valores estadounidense.
Tanto 3D Systems como Stratasys, así como sus rivales de menor envergadura como ExOne, Arcam y Voxeljet, han pasado por un arduo periodo de 15 meses, durante los cuales el crecimiento de sus ingresos no ha podido mantenerse a la par de las enormes expectativas.
Pieter Busscher, gerente del fondo RobecoSAM Smart Materials, declara que ellos no pudieron cumplir con sus valoraciones bursátiles. "En esencia, lo que vimos hasta 2014 era el comienzo de una burbuja económica. Los múltiplos a finales de 2013 presentaban ganancias de entre 60 y 100 veces los beneficios".
Un crecimiento de ingresos más lento de lo esperado también coincidió con la necesidad de incrementar los gastos para mantener su competitividad, señala Scott Schmitz, un analista de Morgan Stanley.
Durante los últimos tres trimestres, el crecimiento orgánico de los ingresos en 3D Systems ha sido de entre 7 y 12 por ciento, muy por debajo del objetivo de 30 por ciento. Stratasys, por otra parte, obtuvo una mejor tasa de crecimiento orgánico de 31 por ciento en 2014.
Sin embargo, dio a conocer un plan de inversión acelerada, el cual probablemente mantendrá los márgenes de operación en un rango de entre 10 y 14 por ciento durante los próximos años, en comparación con sus propios objetivos a largo plazo de 18 a 23 por ciento, señala el Schmitz.
Sin embargo, estos márgenes y tasas de crecimiento han sido suficientes para atraer la atención de grupos de impresión convencionales. Hewlett-Packard (HP) ha revelado planes de incorporarse al sector en 2016 con una impresora 3D que afirma será más rápida y económica que las disponibles actualmente.
Pete Basiliere, analista de la firma consultora Gartner, tiene la certeza de que HP no es la única marca conocida considerando incorporarse al sector. "A finales de 2016 veremos al menos tres de los grandes fabricantes de impresoras en el mercado con su propia impresora 3D", predice.
3D Systems y Stratasys hasta ahora han tratado de mantener su posición competitiva mediante la compra de otras compañías, con alrededor de 60 adquisiciones entre ambas durante los últimos cinco años, incluyendo proveedores de materiales de impresión tridimensional, hardware y software.
Ambas compañías requieren el uso de sus propios materiales para sus impresoras, pero Weston Twigg, analista de Pacific Crest Securities, plantea que en el futuro habrá especialistas independientes que vendan impresoras, software y materiales.
Él señala como ejemplo a SLM Solutions de Alemania, la cual concentra sus esfuerzos en la fabricación de impresoras de metal y se asocia con diferentes empresas de materiales. Esta compañía aumentó sus pedidos de unidades en un 138 por ciento en 2014, y sus ingresos en un 56 por ciento. Por el contrario, el proveedor de software Autodesk está adoptando un enfoque abierto al asociarse con empresas de materiales y de impresoras.
Terry Wohlers de Wohlers Associates, una consultora en el campo de la impresión tridimensional, también está de acuerdo con que será cada vez más difícil para las empresas competir con productos están "completamente cerrados para impedir el uso de otros productos y soluciones producidos por terceras partes".
Sin embargo, las grandes empresas establecidas estarán reacias a compartir sus modelos de negocio mientras que puedan lograr tan altos márgenes de beneficio en la venta de materiales. En 2014, 3D Systems obtuvo un margen de un 73 por ciento en los materiales, en comparación con un 36 por ciento por sus impresoras.
Y la demanda de materiales para la impresión tridimensional sólo va a aumentar. Gartner anticipa que los envíos mundiales de impresoras 3D alcanzarán las 217 mil 350 unidades en 2015, y que luego aumentarán vertiginosamente a 2.3 millones en 2018.