En la actualidad, la banca es ineficiente, costosa y plagada de conflictos.
La tecnología de la información ha afectado los negocios de entretenimiento, de los medios y de los minoristas y recientemente, la disponibilidad de habitaciones de hotel y taxis. ¿Sucederá lo mismo con las finanzas? Mi primera respuesta es: ¡Por favor!
Mi segunda respuesta es: Sí.
Como Bill Gates ha dicho, "Siempre sobrestimamos el cambio que se producirá en los próximos dos años y subestimamos el cambio que se producirá en los próximos 10 años. No te dejes llevar hacia la inacción".
Este consejo no sólo aplica a las personas en los negocios, sino también a los políticos.
Las finanzas son un negocio directamente ligado a la información.
El negocio de las finanzas ya gasta una proporción de sus ingresos en tecnología de la información mayor que cualquier otro negocio.
Consideremos sus tres funciones esenciales: el pago; la intermediación entre el ahorro y la inversión; y el aseguramiento.
Estas actividades involucran una enorme cantidad de información. Las personas necesitan saber que las cuentas se han pagado, cómo se está empleando su riqueza y saber que están cubiertos contra riesgos y los intermediarios necesitan entender qué están haciendo.
Hoy en día, los bancos y las aseguradoras son las principales instituciones financieras. ¿Por qué puede esperarse que la nueva tecnología financiera, o "Fintech" - abreviada en inglés- vaya a transformar estos negocios?
La respuesta, en especial para la banca, es que actualmente no se están llevando a cabo de una manera ideal.
La banca parece ser ineficiente, costosa, plagada de conflictos de interés, con tendencia a un comportamiento poco ético y capaz de generar enormes crisis. En el mundo, los bancos generan una alarmante cifra equivalente a 1.7 billones de dólares en ingresos - 40 por ciento del total- de la función de hacer pagos. En la era de la computadora, un pago todavía puede tardar horas o días.
Sobre el comportamiento, como John Kay lo ha escrito, "partes del sector financiero en la actualidad...muestran los estándares éticos más bajos de cualquier industria lícita". Por último, las crisis bancarias posteriores a 2007 fueron tan extensas como cualquiera otra del pasado. El que su impacto económico no haya sido aún peor que las previas se debió a la disposición de los gobiernos a rescatar a los bancos.
La nueva tecnología podría ayudar a cambiar esto en por lo menos dos formas. Primera, podría transformar los pagos. Una posibilidad es el pago en tiempo real a través de libros de contabilidad distribuidos -elemento en la tecnología de cadena de bloques-, que representa una mejora en la solidez del mantenimiento de la contabilidad.
En vez de cuentas centralizadas la base de datos se compartiría a través de una red de sitios, todos en posesión de una copia idéntica.
La segunda transformación ocurriría a través de los préstamos punto a punto (P2P), en el que las nuevas plataformas acaban con la intermediación de las empresas tradicionales.
La información computarizada podría permitir a los ahorradores prescindir de los costosos servicios de los banqueros.
Los optimistas imaginan un futuro en el que los pagos, la creación de dinero y la intermediación se separarían.
En este caso la capacidad del sector bancario para crear el caos se reduciría.
Es fácil darse cuenta de que los nuevos sistemas de contabilidad y de pagos crearían enormes problemas de seguridad; también hay oportunidades de malversación en las plataformas P2P; de hecho, son inevitables en las transacciones que dependen de las promesas de un futuro inherentemente incierto.
Una potencial fuente de transformación adicional es la que proporcionan los "datos masivos", que podrían transformar la calidad de los préstamos. Pero es más probable que los efectos más impactantes se observen en el negocio de los seguros. Con los nuevos dispositivos de vigilancia, las aseguradoras podrían obtener información directa sobre la calidad del manejo de un vehículo o del estado de salud de sus clientes.
Tal información podría usarse para motivar mejoras en el comportamiento, pero también es posible imaginar que con tales mejoras en la información los grupos de riesgo desaparecerían. Si, por ejemplo, la aseguradora supiera con un alto grado de certeza que algunos clientes llegarían a padecer de una enfermedad determinada, esas personas podrían llegar a ser no asegurables.
En general, las oportunidades que ofrece la aplicación de las tecnologías de la información a nuestro sistema financiero parecen amplias. La dificultad podría estar más bien en asegurar que esta ocasión los beneficios sean a favor del público en lugar de a favor de una pequeña cantidad de operadores tradicionales o de sus reemplazos más dinámicos.
Las finanzas, en particular la banca, requieren una revolución. Pero por la importancia de las finanzas, ésta requiere de una cuidadosa observación.
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