Señalada como paria financiero internacional desde lo que se ha considerado el mayor impago de deuda soberana de la historia en 2001, los inversionistas se muestran optimistas de que Argentina muy pronto saldrá de su aislamiento.
El brillante desempeño en las elecciones presidenciales del domingo por parte de Mauricio Macri, el alcalde de centro-derecha de Buenos Aires quien hizo campaña a favor del cambio, ha aumentado las esperanzas de que pueda llevarse la victoria en una ronda de desempate el 22 de noviembre.
La perspectiva de un alejamiento del dominio del predominante partido peronista de Argentina disparó los precios de los bonos el lunes.
"La 'Macrieconomía' es ahora una posibilidad clara. Esto sería positivo para el país", dice Edward Glossop, economista de mercados emergentes de Capital Economics en Londres. "Está claro que la marea está cambiando en Argentina y que está creciendo el desencanto con las políticas intervencionistas y populistas".
Los mercados consideran a cualquiera que gane la segunda vuelta electoral — el Sr. Macri debe enfrentarse al candidato del gobierno Daniel Scioli, gobernador peronista moderado de la provincia de Buenos Aires — como una mejora en comparación con los últimos 12 años de gobierno de la presidenta Cristina Fernández y su difunto esposo y predecesor, Néstor Kirchner.
Pero Macri, de quien algunos encuestadores habían predicho no ganaría suficientes votos como para pasar a la segunda ronda, ha prometido actuar mucho más rápidamente para arreglar los serios desequilibrios macroeconómicos, los cuales incluyen un creciente déficit fiscal financiado por el banco central, reservas de divisas precariamente bajas y una de las mayores tasas de inflación del mundo.
"Una victoria de Scioli en la primera ronda no hubiera sido mala, pero una victoria de Macri en la segunda ronda haría de esto un fenómeno de normalización económica, no sólo de 'cualquiera menos Cristina'", dice Daniel Freifeld, director de Callaway Capital Management, una firma de inversión.
"La valoración de las acciones y los rendimientos deben converger con los promedios regionales, lo cual se traducirá en ganancias significativas".
Macri ha prometido eliminar inmediatamente los estrictos controles de capital y dejar que el peso sobrevalorado flote libremente. El expresidente del club de fútbol Boca Juniors también haría más estricta la política fiscal mediante el recorte de costosos subsidios e intentaría resolver una larga disputa con acreedores que le ha impedido a Argentina el acceso a los mercados internacionales de capital desde su impago de deuda soberana de 100 mil millones de dólares.
Mientras tanto, Scioli ha prometido implementar reformas más "graduales", y advierte que Macri representaría un regreso a las políticas económicas neoliberales de la década de 1990 que muchos consideran responsables de la crisis económica del año 2001.
Serán cruciales para el resultado final aquellos que votaron por Sergio Massa, un peronista disidente quien ocupó el tercer lugar el domingo con el 21 por ciento de los votos y cuya influencia muy probablemente decida el resultado final.
Los observadores especulan que Massa podría apoyar a la coalición "Cambiemos" de Macri.
Aún no está claro cómo Fernández responderá después de la humillante derrota de su jefe de gabinete y miembro de su círculo íntimo, Aníbal Fernández, quien perdió la carrera por la gubernatura de la provincia de Buenos Aires, la cual abarca más del 40 por ciento del electorado y se considera la segunda posición política más poderosa de Argentina después de la presidencia.
Según Elypsis, la única encuestadora que predijo acertadamente el resultado del domingo, Macri es el favorito para ganar la segunda vuelta electoral. La consultoría le asigna a Macri un 70 por ciento de probabilidades de victoria.
En una nota a sus clientes, Elypsis resaltó el impulso positivo obtenido del sorpresivo resultado — especialmente la abrumadora victoria en el tradicionalmente peronista baluarte de la provincia de Buenos Aires — y el hecho de que Massa esté más cercano a la coalición "Cambiemos" que al partido gobernante, el cual ha criticado duramente.
"Scioli ya no es el favorito en un desempate contra Macri", concuerda Jimena Blanco, analista latinoamericana de Verisk Maplecroft.
Dice que esto se debe a que la gran mayoría de los votantes indecisos terminaron apoyando a los candidatos de la oposición, y que no era "probable" que esos votantes apoyaran a Scioli en la segunda ronda.
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Financial Times