El dinero viene en varias formas. Hay dólares, euros, yenes, reales, rublos, rupias y renminbi, moneda fiduciaria, oro y Bitcoin.
Pero los últimos acontecimientos en el mundo financiero de Nueva York sirven como un recordatorio de que para una cierta clase de hombres –los casados que se portan mal– en realidad sólo hay dos tipos de dinero. Hay el dinero del que sus esposas saben y el dinero del que sus mujeres no saben nada en absoluto.
La primera categoría –el dinero matrimonial convencional, o lo que los abogados especializados en divorcios llaman "propiedad comunitaria"– tiene sus usos. Puede ser empleado para comprar casas y autos, cubrir los costos universitarios y los honorarios del club de campo, y dar donaciones a hospitales, salas de conciertos y bancos de alimentos para los pobres.
Pero es totalmente inadecuado para lo que podrían llamarse transacciones de transgresión. Los hombres casados que quieren divertirse en serio –para mantener a una amante, por ejemplo– necesitan encontrar fondos que existan fuera del ámbito de sus seres queridos, o correrán el riesgo de tener que enfrentar a sus abogados.
(Mencionaría a mujeres casadas en este contexto si conociera a alguna viviendo de esta manera, pero no conozco a ninguna que lo haga.)
El resultado desafortunado es que los engaños pueden engendrar más engaños. Varios grandes escándalos empresariales de los últimos años en EU han involucrado a ejecutivos quienes esquivaron las normas en sus propias compañías para poder asegurar el tipo de financiamiento especial que un afluente hombre casado necesita para poder andar con otras mujeres en paz.
Esta situación en el mundo empresarial llamó la atención de nuevo la semana pasada cuando un conocido banquero de inversiones de Nueva York, Frank Perkins Hixon, fue arrestado por agentes federales por cargos de tráfico de información privilegiada. Un veterano de Credit Suisse y Lazard, el Sr. Hixon estaba trabajando en Evercore Partners, que ha dicho que fue despedido "por causa" en enero.
Los alegatos del gobierno sugieren que el Sr. Hixon –un banquero de 56 años de edad, conocido como "Perk"– es un caso clásico de un hombre casado que necesitaba dinero del que su esposa no supiera. La Comisión de Bolsa y Valores (SEC) de EU dice que él había tenido una hija –quien ahora tiene cinco años de edad– resultado de una relación durante la última década con una mujer dos décadas más joven que él, llamada Destiny Wind Robinson.
Para ayudar a pagar los gastos de la hija de Destiny, el gobierno alega que el Sr. Hixon estaba traficando con secretos confidenciales de la empresa –un depósito de valor adecuado para una persona que busca pagar obligaciones personales sin dejar un rastro de papel. Basándose en información material no pública que obtuvo como asesor sénior de Evercore en acuerdos de minería y metales, el Sr. Hixon diseñó cotizaciones en cuentas de corretaje de su examante las cuales produjeron casi 900 mil dólares en ganancias, de acuerdo con la SEC.
Como es el caso con tantas estrategias de Wall Street, la estrategia presuntamente utilizada por el Sr. Hixon no era particularmente nueva. Animar una relación extramarital con consejos de bolsa sobre acciones fácilmente monetizadas es un viejo truco. James McDermott, director ejecutivo casado y de mediana edad de un banco de inversión llamado Keefe, Bruyette & Woods, pasó varios meses de castigo en la cárcel durante la última década después de compartir información privilegiada que los fiscales federales estiman valía por lo menos 88 mil 135 dólares con su mucho más joven novia, Kathryn Gannon, conocida como Marilyn Star cuando se mostraba en clubes de striptease y películas pornográficas como Marilyn Whips Wallstreet y Marilyn Does Miami.
Otra táctica contra-esposas utilizada por los líderes de negocios en su búsqueda de compañía femenina consiste en encontrar maneras de que otras personas financien su vida social. Hace un par de años, por ejemplo, Brian Dunn renunció al cargo de director ejecutivo de Best Buy después de que la compañía descubrió que había cometido errores de juicio al pedir a un proveedor de la compañía que le proporcionara una entrada para un concierto en Las Vegas para una subalterna femenina con quien el Sr. Dunn había formado "una relación personal muy estrecha".
Apenas dos años antes, Mark Hurd fue destituido como presidente ejecutivo de Hewlett-Packard después de que la empresa de informática lo acusó de alterar reclamaciones de gastos para disfrazar la naturaleza de su relación con una contratista llamada Jodie Fisher, una exactriz cuya obra incluye películas eróticas tales como Sheer Passion y Intimate Obsession.
Tomando todo esto en cuenta, uno se da cuenta de cuán estresante debe ser la infidelidad para los hombres casados con mucho que perder en acuerdos de divorcio. Aun cuando se supone que están divirtiéndose, están analizando números en la cabeza una y otra vez, y asegurándose de que todo intercambio funcione a su favor.
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