Donald Trump lanzará su primera importante acción comercial en contra de China hoy, pidiéndole a su principal negociador comercial que inicie una investigación sobre las regulaciones de propiedad intelectual que utiliza Beijing para obligar a los inversionistas extranjeros a entregar tecnología valiosa.
La movida, que sucede en un momento en que EU insiste en que China debe hacer más para presionar a su vecino Corea del Norte para que abandone su programa nuclear, marca un significante giro en el enfoque de la administración de Trump con respecto a China y está destinada a aumentar la tensión comercial entre las dos principales economías mundiales.
También es probable que gane el apoyo del Congreso y de un gran sector de la comunidad comercial de EU que por mucho tiempo se ha quejado de las reglas chinas sobre la propiedad intelectual.
El presidente de EU firmará un memorándum ejecutivo pidiendo que Robert Lighthizer, su representante comercial, considere utilizar un estatuto de 1974 raramente empleado desde la creación de la Organización de Comercio Mundial en la década de 1990. La ley permitirá que el Presidente podría imponer tarifas y otras penalidades comerciales en contra de China por sus prácticas con respecto a la propiedad intelectual.
La medida está muy lejos de las amplias tarifas de 45 por ciento que Trump amenazó con imponerle a China durante la campaña presidencial del año pasado. Pero sí indica un enfoque más duro, ya que Lighthizer, quien sirvió en la administración de Reagan, pertenece a un grupo en el gabinete de Trump que aboga por adoptar una actitud agresiva con China.
También es parte de un esfuerzo de la administración Trump por darle energía a una agenda comercial que ha perdido un poco del impacto que había ganado durante la campaña, cuando el presidente retiró a EU del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés) de 12 países en su tercer día en el cargo.
Investigaciones de seguridad nacional sobre importaciones de aluminio y acero, dirigidas principalmente a la sobreproducción china, se han atascado debido a objeciones por parte de negocios y aliados en Asia y Europa, que se han quejado de que sufrirán la mayor parte de las consecuencias.
Trump también ha decidido renegociar en vez de abandonar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) con Canadá y México, con los funcionarios de las tres partes listos para comenzar su trabajo oficial el miércoles en Washington.
nuevo enfoque
Técnicamente, la movida del lunes lanzará un proceso que incluirá consultas con el Congreso, donde han habido cada vez más llamamientos para que Trump asuma un enfoque más duro con respecto a China. Dentro de unas semanas se espera el lanzamiento de una investigación oficial que podría tomar un año y que incluiría negociaciones con Beijing y consultas más amplias con el sector comercial.
En días recientes, Trump de nuevo ha establecido un vínculo entre obtener ayuda china para lidiar con Corea del Norte y cualquier acción comercial de EU contra China. Un comunicado con respecto al tema de la propiedad intelectual que se esperaba a principios de este mes se demoró debido a esfuerzos de EU por asegurar el apoyo chino de las nuevas sanciones de la ONU en contra de Pionyang.
Funcionarios de EU insistieron en que las acciones de Trump no tenían el propósito de provocar una guerra comercial con Beijing.
"No creo que nos estamos encaminando hacia un período de mayor conflicto. Esto simplemente se trata de negocios entre dos países", dijo un alto funcionario de la administración. "Tenemos, básicamente, preocupaciones relacionadas con el robo y la transferencia forzada de nuestra tecnología. El Presidente ha sido firme sobre la necesidad de frenar estas prácticas. Creo que China lo entiende bien".
"Habrá una negociación bajo las reglas de la ley internacional y no hay necesidad de mayor conflicto", añadió el funcionario.
La Casa Blanca admitió que la nueva acción era un reflejo del limitado éxito que ha tenido en las negociaciones comerciales con China durante los primeros seis meses de la administración Trump y la necesidad de un nuevo enfoque.
Un plan de 100 días lanzado después de una reunión en abril entre Trump y el líder chino Xi Jinping logró unas cuantas concesiones menores de parte de Beijing y una reunión en Washington el mes pasado entre altos funcionarios de ambos países para marcar el fin de ese período se disolvió sin mayor progreso después de que EU trató de procurar compromisos firmes de China para hacer más por limitar la producción de acero.
Financial Times