Lo vemos en la cima de unos chilaquiles, entre dos salsas que le dan el apellido “divorciados”, escondido entre las mezclas de la panadería y repostería mexicana, el huevo es uno de los ingredientes cotidianos en la diversidad gastronómica que habita este territorio.
De acuerdo con información del Instituto Nacional Avícola, cada persona mexicana consumen un promedio de 23 kilogramos anuales, con lo cual este país se posiciona en el primer lugar a nivel mundial en consumo de huevo fresco, además, se encuentra en el cuarto sitio de productores.
Su importancia en las cocinas es tal que hace 25 años, en 1996, la Comisión Internacional del Huevo (Egg Commission) proclamó el Día Mundial del Huevo, a celebrarse cada año el segundo viernes de octubre.
El objetivo de esta conmemoración marcada en el calendario gastronómico es destacar su papel en las dietas alimenticias alrededor del mundo y sus ventajas para la salud.
De acuerdo con José Antonio Quintana López, académico de la Facultad de Medicina Veterinaria (FMVZ) de la UNAM y coautor del libro Mitos, realidades y beneficios del huevo, este producto es uno de los alimentos más completos y una fuente de nutrición para las personas de todas las edades, por ello quienes se encuentran en un buen estado de salud pueden consumir hasta dos huevos diarios.
Según el especialista, en las últimas dos décadas se ha demostrado que comer huevo diariamente no es un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, pues los supuestos efectos sobre el colesterol se le adjudicaron por razones comerciales en Estados Unidos, para promover el consumo de otros productos.
En una publicación del portal de la Dirección General de Comunicación Social de la UNAM, el investigador detalla algunas de sus diversas propiedades:
- Tiene un bajo aporte calórico.
- Brinda sensación de saciedad.
- En el núcleo están todas las vitaminas, excepto la C y los minerales, además, tiene luteína que ayuda a la visión, disminuye el problema de cataratas y la degeneración macular.
- Su lípido activo es adecuado para mejorar la memoria.
- El selenio que contiene la yema sirve como antioxidante natural.
- Posee ácido siálico, el cual funciona como antibiótico.
- Tiene un perfil de aminoácidos completo, similar a la proteína de la lecha materna, por ello, se le considera un alimento funcional.
- El alto contenido de calcio en su cascarón lo convierte en un remedio natural contra la osteoporosis.
Para que celebres a este ingrediente en el desayuno, te mostramos algunas ideas para empezar el día:
Huevos al comal
Esta es una preparación acostumbrada en las cocinas de algunas abuelitas, sencilla y deliciosa.
Se corta un triángulo en el centro de una tortilla, luego se fríe un poco en el comal (también puede ser en sartén) y se echa sobre ese corte un huevo estrellado, se deja a fuego bajo hasta que la yema alcanza el punto deseado mientras la tortilla se dora.
Al final se coloca el totopo que resultó del corte inicial en la cima, para romper la yema. Todo se sirve con salsita picosa.
Huevos con pimiento
Se corta una rebanada de pimiento morrón y se fríe en un sartén en aceite, en medio se coloca un huevo estrellado y queso; todo se tapa para su cocción a fuego bajo.
Huevos italianos
Este sabor recuerda al de la pasta italiana por su salsa y todo se prepara a fuego bajo.
Se fríe en un sartén cebolla con jitomate finamente picado o salsa de jitomate, se sazona con sal y especias (laurel, tomillo, pimienta y orégano), sobre la mezcla se fríen dos o tres huevos, se le pone queso parmesano. Se tapa hasta que todo se gratine.
Huevos motuleños
Esta es una especialidad de Motul de Carrillo Puerto, Yucatán, son primos lejanos de los huevos rancheros.
Se trata de huevos estrellados sobre una tortilla frita que se unta con frijoles refritos. Todo se baña en salsa y se adorna con jamón, chícharos, queso y rebanadas de plátano macho frito.