La flor de cempasúchil forma parte de una amplia variedad de flores comestibles cultivadas en el territorio mexicano, la llamada “flor de muertos” está llena de vida y propiedades que se han aprovechado desde tiempos ancestrales.
La doctora Daniela Barrera García, química en Alimentos por la UNAM y doctora en Ciencias de los Alimentos, explica en entrevista que el cempasúchil se ha utilizado desde la época prehispánica con fines medicinales, cuando se preparaba en infusiones a las que se les atribuyen beneficios al sistema digestivo y respiratorio.
Beneficios del cempasúchil
De acuerdo con la doctora Daniela Barrera, esta flor posee vitaminas, minerales, antioxidantes y en su composición hay agentes antimicrobianos, por sus propiedades incluso es utilizada como ingrediente de algunos tipos de gel antibacterial.
Aunque actualmente se ha popularizado el uso de la flor en helados y en pulque curado de cempasúchil, las infusiones siguen siendo utilizadas como remedio casero para tratar problemas estomacales.
La Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana de la UNAM detalla que para el tratamiento de diversas enfermedades es muy común que se preparen las hojas con o sin la flor, se hace mediante cocimiento, infusión, sahumerio o fritas y se administra oral, inhalada o localmente, es decir, en baños o untada.
Según este repositorio, esta especie medicinal se usa para diversos padecimientos digestivos, así como “empacho”, diarrea, cólicos “enfriamiento estomacal”, afecciones hepáticas, bilis, vómitos, “caída de cuajo”, indigestión, baba de los niños, “pasmo de muelas”, para hacer lavados intestinales, contra los parásitos y como carminativo.
También se emplea para tratar la fiebre, enfermedades de tipo respiratorias, y enfermedades culturales como “espanto”, “mal aire” y “susto”.
A veces se mezcla con otras plantas:
- Con hierbabuena: para aliviar el dolor de estómago.
- Con cáscara o jugo de limón: para la bilis, se bebe en ayunas.
¿Cómo hacer infusión de cempasúchil?
Para su uso comestible, la doctora Daniela Barrera recomienda asegurarse de conocer el origen de la flor: verificar que no fueron utilizados pesticidas dañinos para la salud en su cultivo.
Además, debe ser tratada como cualquier otro producto vegetal: lavar con agua jabonosa y desinfectar con una solución.
A partir de ahí se prepara como cualquier infusión: hay que hervir agua y, una vez apagada, echar los pétalos de las flores, luego se cuela y sirve; o bien, se pueden colocar desde el principio dentro de un infusor.