En Veracruz acostumbran comer tamales de pedo y el atole de nalga; en Querétaro son famosos unos dulces llamados pedos de monja y, para seguir recorriendo estos curiosos nombres de la gastronomía mexicana, ahora te contamos qué es el pito, un preciado ingrediente que crece en árboles originarios de este territorio.
En la cima de los árboles del género Erythrina, también llamados como colorín, crecen vainas con semillas rojas y negras, así como vistosas flores rojas comestibles que florecen de agosto a enero.
Existen varios tipos, pero la Erythrina americana es la más consumida en México, de acuerdo con el Diccionario Enciclopédico de la Gastronomía Mexicana.
“La Erythrina americana es quizá una de las flores que goza de un gran número de nombres comunes”, explica Lesterloon Sánchez Trinidad en Las flores en la cocina veracruzana.
El investigador explica que algunas regiones las conocen como pito, flor de pita y pitillo, o bien, como gasparito, gasparita, gásparo, equimite, pichoco, pichocho, pichojo, espadita, machetito, pemuche, permuche, colorín, pispirique, gallito, poró o patol.
Incluso aparece en los escritos de Bernardino de Sahagún en esta forma:
“Hay también unos árboles que se plantan en las florestas, que se llaman tzonpanquauitl, este árbol es mediano, y tiene las ramas acopadas, la copa es redonda y de buen parecer, tiene unas flores que se llaman equimixuchitl, son muy coloradas y de buen parecer, no tienen olor ninguno: las hojas de éste árbol se llaman equimitl”.
Uno de los árboles más preciados
Las flores de este árbol crecen y se consumen en diversos lugares del país como la sierra Norte de Puebla, San Luis Potosí, Tuxtla Gutiérrez y Veracruz, donde tiene un lugar muy significativo.
“De tantos árboles en Veracruz, este resguarda muchos mitos entre sus raíces, así como usos medicinales, rituales y alimenticios”, describe Lesterloon Sánchez.
De acuerdo con dicha investigación en esa región se cree que cuando las flores del gasparito florean grandes y rojizas las mujeres que habitan los alrededores están en edad “casadera”, por lo cual los padres a veces cortan el árbol para alejar pretendientes, mientras que las madres las guisan para anunciarlo.
Sus preparaciones son tan infinitas como la diversidad cultural y gastronómica, son ingrediente de tamales, chileatoles, chiles rellenos, caldo de habas, enmoladas y mucho más.
Pito con huevo
Según el Diccionario Enciclopédico de la Gastronomía Mexicana, esta preparación se hace con el colorín cocido revuelto con huevo, cebolla, cilantro y chile.
En Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, se acostumbra como comida de vigilia y lo llaman también como pitillo con huevo.
También se preparan en Tuxpan, Veracruz, pero los llaman pichocos con huevo, songuisados con jitomate, cebolla y ajo revueltos.
Tamales
Lesterloon Sánchez describe que en la Huasteca Baja los nahuas las llaman a las flores pemuch o pemuches y las usan para hacer tamales que cocinan con fines rituales como en las celebraciones de Todos Santos.
Chileatole
En Xalapa y sus alrededores se hace chileatole de gasparitos, con chiles anchos, secos, guajillos y costilla de cerdo.
Frijoles
Según Larousse Cocina, en la sierra Norte de Puebla consumen la variedad Erythrina caribaea: cuecen las hojas tiernas en agua con sal caliza y la agregan a un guiso de frijoles con chile.
Pipián
En las cocinas de la Mixteca poblana se acostumbra comerlos en elaboran en pipián.