La “venganza de Moctezuma” se esconde en esos taquitos de suadero o en el plato de mole que el despistado extranjero prueba cuando viene a México, sin más preocupación que saber si la salsa estará picosa. Si tiene mala suerte, en pocas horas comenzará un malestar estomacal tan poderoso como el enojo de un tlatoani mexica.
Esta expresión popular se utiliza para describir a la diarrea del viajero que padecen algunos de los turistas que visitan México.
Hace unos días, uno de los integrantes de Disclosure canceló su presentación en el Corona Capital 2021 debido a que pescó una infección estomacal tan fuerte que lo tiró en cama con oxígeno y fiebre.
Sus fans primero culparon al mole que comió en el restaurante Pujol, en Polanco (CDMX), aunque el dúo británico luego explicó que no había sido eso el causante, sino un mal hielo en una bebida.
Una de las especulaciones de sus seguidores fue que Guy Lawrence de Disclosure había sido una víctima más de la “venganza de Moctezuma”.
No significa que todos los extranjeros enfermen en México, pero sí hay razones por las que están más expuestos; además, bajo ciertas circunstancias los habitantes del mismo territorio mexicano se encuentran frente a la posibilidad de un padecimiento gastrointestinal tan poderoso como esa famosa venganza.
Por ejemplo, en el libro Vivan los tamales, Jeffrey M. Pilcher cuenta que dentro del valle central había un alga llamada tecuítlatl, la cual crecía en las aguas del lago de Texcoco y era recolectada por los habitantes, quienes las secaban y formaban tortas para cocinarlas con tomates y chiles.
“Esta alga proporcionaba una fuente inapreciable de proteínas pero, en un irónico paralelismo con el México moderno, prosperaba con los desechos humanos de la ciudad de Tenochtitlan. En consecuencia, los súbditos de Moctezuma padecían enfermedades gastrointestinales, a las cuales quizá llamaban la venganza de Quetzalcóatl, por el dios tolteca que fue exiliado cuando trató de poner fin a la práctica del sacrificio humano”.
¿Qué pasa cuando la ‘venganza de Moctezuma’ ataca?
En un artículo, Miguel Ángel M. Vudoyra, maestro en Ciencias e Ingeniería, explica que hay varios factores al considerar al hablar de una Enfermedad Trasmitida por Alimentos (ETA).
Por un lado, está el hecho de haber ingerido un alimento contaminado; además, es importante destacar que en ello influye la adaptación: “en este sentido los turistas son los más vulnerables ya que no consumen habitualmente los mismos microorganismos que quienes habitamos (por mencionar un espacio geográfico) nuestra Ciudad de México”.
El maestro detalla que hay múltiples posibilidades que explican esta venganza gastrointestinal, en las investigaciones se habla de ingesta de bacterias o sus toxinas, virus y parásitos.
Varios padecimientos coinciden con los síntomas, como la gastroenteritis, la cual causa dolor abdominal, diarrea, nauseas y fiebre.
Otras posibilidades de enfermedades transmitidas por la bacteria Salmonella, hepatitis A o las intoxicaciones.
Entre los principales alimentos contaminados está el agua, dice el artículo, ya que hay riesgos al ingerirla sin hervirla o sin purificarla.
En Recopilación y análisis de brotes de Enfermedades Transmitidas por Alimentos, documentados en México, investigación de Sandra Italia Neri Lozano realizada en el 2010, se explica que en los alimentos ingeridos en la calle ocupaban un décimo lugar en riesgo y las bebidas alcohólicas adulteradas con metanol son las más peligrosas en el país, seguidas del agua, cereales, leguminosas y productos lácteos.