¡No te “hagas rosca”! El pan que se parte en Día de Reyes lleva en su esponjoso interior la promesa de los tamales para el Día de la Candelaria (2 de febrero).
Según la tradición mexicana, si en tu rebanada de rosca de Reyes encuentras esa figurilla de plástico que representa al niño Jesús también te llevas ese compromiso tamalero, el cual antes era tan serio que las personas a veces preferían comérselo para evadirlo.
Antes de ser de plástico el “niño” era de porcelana, o bien, se colocaba un haba en su interior (a veces de dulce), simboliza el momento en que José y María escondieron a Jesús de Herodes, durante la persecución; la rosca en conjunto representa la Epifanía, el encuentro de la “familia sagrada” con los Reyes Magos.
Hoy también puede tomar cualquier forma, hay algunas con figuras de moda, como unicornios, Hello Kitty, Baby Yoda, Harry Potter o Spider-Man, también ha vuelto la tendencia de hacer al “niño” de porcelana o incluso colocar todas las figuras del nacimiento en su interior.
Quien saca esta figura en su rebanada se convierte en padrino del “Niño Dios”, hasta hace algunas décadas no solo ponía esos tamales y atole para el desayuno del 2 de febrero, los alimentos se extendían hasta la comida de la tarde con mole, barbacoa y más.
Además de estos antojitos, el padrino del niño Jesús debía vestir a la típica figura que lo representa en los nacimientos, luego llevarlo a la iglesia para bendecirlo el Día de la Candelaria, antes también se acostumbraba hacerle ropita a las diminutas figuras de bebés que se ocultaban en la rosca.
De acuerdo con un artículo de la Procuraduría Federal del Consumidor, México es el único país que viste al Niño Dios con nuevo ropaje y, según investigaciones del Instituto Nacional de Antropología (INAH), “esta tradición tiene su origen en la Edad Media, cuando se convirtió en un elemento que acompañaba a las religiosas en su toma de hábitos”.
El Diccionario Enciclopédico de la Gastronomía Mexicana detalla: “En ocasiones el día de la rosca solo se le hacen bromas al que le tocó el muñeco, pues cada vez es más común que no se cumpla con el compromiso de hacer la siguiente fiesta”.
En otros países también se parten las roscas de Reyes, panes para conmemorar la Epifanía que tienen nombres distintos, sin embargo, a quien le toca la figura en su rebanada no pone tamales, sino que en algunos casos se compromete a comprar el pan del próximo año, o bien, es coronado como el “rey” de la fiesta.