El consumo de especies endémicas de agua dulce y salada, como las tortugas, se practica en varios estados del país. De acuerdo con un artículo de la revista de Agroproductividad, la biodiversidad de esta especie se encuentra distribuida principalmente en los estados de Veracruz, Oaxaca, Tabasco, Chiapas, Campeche, Yucatán y Quintana Roo.
Si bien las tortugas han constituido una parte fundamental de la actividad humana desde varios siglos, en las últimas décadas su consumo desmedido ha propiciado una afectación en sus poblaciones, así como el deterioro de sus hábitats.
El uso de sus caparazones para festividades, su utilización en la gastronomía y campo medicinal han puesto en una situación vulnerable a más de una decena de especies.
La tortuga y su consumo en la época prehispánica
Tabasco es una de las entidades cuyo consumo y uso de los recursos derivados de la tortuga están arraigados desde la época precolombina.
El fraile Bernardino de Sahagún registró la práctica en uno de los capítulos de Historia general de las cosas de la Nueva España, donde menciona que en el Altiplano Central hay tortugas y galápagos cuyos huevos se comen y destacan por su sabor, que considera más agradable que los de las gallinas.
Asimismo, fray Diego de Landa también señala el consumo de estas especies en su Relación de las cosas de Yucatán. El evangelizador y cronista menciona que hay tortugas de grandes dimensiones que le provocaron gran maravilla por sus características y ‘el buen comer’ que representan.
De acuerdo con el artículo “La tortuga en Tabasco: comida, identidad y representación”, además de las crónicas coloniales en basamentos prehispánicos se ha encontrado evidencia que reafirma el consumo de la tortuga por diversos grupos mesoamericanos, como restos de caparazón y grandes hornos, presuntamente para cocinar grandes banquetes con esta especie.
Usos y costumbres en Tabasco respecto al consumo de la tortuga
Miguel Guevara Chumacero, Alejandra Pichardo Fragoso y Monserrat Martínez Cornelio plantean en la publicación anteriormente mencionada que el consumo de este animal en Tabasco tiene sus raíces en prácticas centenarias relacionadas con la autoadscripción étnica.
Si bien la preparación de la tortuga en la cocina local mantiene la vigencia de una tradición, el impacto en la población de las especies ya se ha evidenciado.
Entre los factores que afectan la sostenibilidad de las tortugas en sus hábitats se encuentra la alteración de sus aguas debido al incremento en las construcciones para el sector industria, la afectación en la calidad del agua por la ganadería y otras actividades primarias, así como la captura desmedida de ejemplares para su consumo.