Y como dirían por ahí: ¡viva México! Nuestro país es sinónimo de variedad en distintos aspectos: cultural, turística y gastronómica, cosa que nos ha llevado a poseer la comida más rica del mundo según diversos rankings.
En esta ocasión, CNN realizó un conteo de los mejores ‘sándwiches’ del mundo, donde el pambazo fue considerado como el mejor entre otras 22 variedades de platillos originarios de países como Italia, Argentina y hasta Vietnam.
A estas alturas te preguntarás: “¿El pambazo? ¡Pero si no es un sándwich!” y sí, para nosotros como mexicanos el pambazo es EL pambazo, por lo que no se le podría llamar de otra manera.
Los mejores ‘sándwiches’ del mundo según CNN
Para dicho conteo, tomaron en cuenta que el platillo al que hacen referencia esté preparado con un pan partido por la mitad y relleno de (casi) cualquier cosa; y en el caso de México, su referente fue el pambazo originario del centro de México.
Es así como el top 5 de los mejores sándwiches en el mundo, además del pambazo que se ubicó en primer lugar, tenemos los siguientes:
- Tramezzino, Italia: este sándwich es típico verlo como botana en los bares de ciudades italianas como Turín y Venecia. Consta de triángulos de pan blanco rellenos desde aceitunas y atún, huevos duros y verduras, hasta prosciutto con trufa.
- Shawarma, Medio Oriente: es un sándwich relleno de carne especiada (principalmente pollo o ternera), cocinada al estilo del ‘trompo de pastor’ (es decir, de manera vertical). El pan pita es aquel que acompaña a este sandwich, así como tomate, cebolla y perejil.
- Bánh mì, Vietnam: la baguette es el tipo de pan utilizado para este sándwich, que lleva en su interior carne de cerdo, con chả lụa (rollo de cerdo al estilo vietnamita), zanahorias ralladas y daikon en vinagre, cilantro y mayonesa, aunque también puede llevar ingredientes como tofu y pollo al limón.
- Muffaletta, Nueva Orleans, Estados Unidos: a pesar de ser un platillo originario de esta ciudad estadounidense, lo cierto es que fue creado por migrantes italianos. El pan siliciano que se ocupa para este platillo lleva capas de aceitunas picadas, salami de Génova, jamón y varios quesos (suizo y provolone, principalmente).
- Chivito, Uruguay: otro platillo latinoamericano se suma a esta lista. En un pan similar al de las chapatas o hamburguesas, este sándwich, lejos de lo que podríamos pensar, no está hecho con carne de chivo; por el contrario lleva en su interior jamón, tocino, lechuga, mayonesa y mozzarella fundido.
El pambazo lo tiene todo
A pesar de que se habla que el pambazo tiene su origen en Veracruz, lo cierto es que es un platillo con una amplia variedad de preparaciones.
Por ello, ‘está prohibido’ confundir, por ejemplo, el pambazo veracruzano (panes blancos y redondos, a veces con un pequeño pico al centro, rellenos de mayonesa, queso, frijoles negros, lechuga, bistec, pollo o boronas de longaniza) con el chilango (el pan es bañado en una salsa roja, con relleno de chorizo con papas y adicionado con crema, queso y lechuga).
Ya se te antojó, ¿verdad? En la Ciudad de México es común encontrar este suculento platillo en cualquier puesto que ofrezca antojitos mexicanos, donde el chile guajillo se escucha ‘chillar’ en el sartén mientras se cuece lentamente para que ese sabor picosito que caracteriza a la comida mexicana se le impregne. Y claro, su salsita aparte no puede faltar.
Otro de los ‘beneficios’ que le podemos encontrar al pambazo chilango es que es un alimento ‘llenador’ y relativamente barato, además de delicioso. Quien no haya probado uno, se está perdiendo de toda una experiencia culinaria
La leyenda del pambazo
Según el chef Lesterloon Sánchez, en Orizaba se cuentan dos versiones sobre cuando pasaron por la ciudad Maximiliano de Habsburgo y Carlota de Bélgica.
La primera narra que para rendirles honor a Maximiliano y Carlota, las personas les sirvieron pambazos, ya que el pico del pan y su blanca harina hacía alusión al volcán Citlaltépetl, conocido como Pico de Orizaba.
La segunda relata que Carlota estaba cautivada por el Pico de Orizaba, por lo cual un cocinero francés inventó un platillo semejante para la emperatriz. Otras menciones de esta historia dicen que aquel cocinero se llamaba Josef Tüdös.