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¿Refresco en vidrio, plástico o lata? Esta es la razón por la que percibes un sabor diferente

¿Tú cuál prefieres? Hay quienes afirman que el refresco de vidrio sabe distinto al de lata o plástico, la ciencia explica las diferencias.

El refresco se vende en empaques de vidrio, lata o plástico, aunque antiguamente se ofrecía en fuentes de sodas. (Foto: Shutterstock).

En las loncherías nunca falta “un refresco del rojo” bien frío para acompañar las flautas o tortas; del mismo modo, las taquerías no serían las mismas sin esas botellas de vidrio bien acomodadas en fila detrás del taquero, quien las destapa al momento cuando el cliente se anda ‘atorando’ con esos cinco al pastor y al dar el primer trago suelta ese suspiro de gula de la comida callejera: “¡ahhhhh!”.

Para los estómagos curtidos en los puestos de tacos no hay discusión: el refresco en botella de vidrio siempre les sabrá mejor que el de plástico o lata, les parecerán casi parecen un sacrilegio al lado de los tacos, pero ¿en verdad saben tan diferentes como la tradición dice?

Las gaseosas nacieron en Estados Unidos en el siglo XIX y se volvieron populares en México hasta inicios del siglo XX, donde inicialmente se ofrecían en las famosas fuentes de sodas, con el tiempo comenzaron a empacarse en vidrio y muchos paladares se casaron con ese material pese a la posterior llegada de latas y plástico.

¿Por qué el refresco de vidrio sabe distinto?

Empresas como Coca-Cola afirman que la bebida sabe igual sin importar el empaque: misma receta, mismos ingredientes y el mismo proceso de fabricación cada vez, “su percepción del gusto puede verse influenciada por muchas cosas, como qué tan fría está la Coca‑Cola o si la bebe directamente de la lata o la vierte en un vaso”, describen en su sitio web.


Sin embargo, muchas personas consumidoras sostienen la bebida cambia. Sara Risch, química de los alimentos y miembro del Instituto de Tecnólogos de los Alimentos, afirma que sí existe diferencia en su sabor según el empaque.

En un artículo de Popular Science, la especialista comenta que la fórmula es la misma, pero se ve afectada por el tipo de soporte: “aunque las empresas de envases y alimentos trabajan para evitar cualquier interacción, ésta puede producirse”.

Refresco en plástico

La experta dice que el acetaldehído de las botellas de plástico podrían pasar al refresco y afectar su sabor aún en cantidades mínimas, incluso la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) regula estos contactos químicos.

Otros especialistas agregan que el plástico es más permeable al CO2 que el vidrio o aluminio, es decir, la efervescencia de la bebida se escapa más rápido. Además, si el recipiente está tibio, se liberará más CO2 al abrirlo.

Refresco en lata

El interior de las latas de aluminio está revestido con un polímero que puede contener BPA o Bishfenol A, con lo cual se evita el contacto del refresco con el metal.

Risch explica que ese polímero puede absorber pequeñas cantidades del sabor soluble de la bebida.

En un artículo de Business Insider, el químico Rick Sachleben agrega que esto tiene poco efecto en el sabor y la percepción metálica puede deberse a que la lengua es muy sensible al material y al tomarse directo de la lata la boca entra en contacto directo.

También se ha señalado que las latas de aluminio son menos permeables al CO2 que las de plástico, así que el sabor se conserva mejor.

Refresco de vidrio

En este caso, el vidrio es la mejor opción para saborear pura e inalteradamente un refresco, afirma Popular Science, pues es el material más inerte en el que se sirve; sin embargo, también es posible percibir cambios en sus características, pues se pueden ver afectadas por:

  • Exposición a la luz.
  • Tiempo exhibidas en las estanterías de las tiendas.

Así que un escenario ideal para beber un refresco es en vidrio, almacenado lejos de la luz y poco tiempo después de su producción.


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