“Una cerveza bien muerta”, esta temperatura al estilo mexicano que nos hace imaginar un envase sudado, tan frío que aún se ven restos de hielito a veces lleva a prácticas en la cocina que matan la bebida con tal de lograr el gusto de beber una chelita fría, como meterla al congelador por tiempos prolongados o echarle hielos al vaso.
La cerveza es una de las bebidas más populares en el mundo, especialmente se antoja en temporada de calor para refrescarse (lo cual también es un mito, pues en realidad deshidrata el cuerpo).
La práctica de agregar hielos al vaso de la cerveza es común en preparaciones combinadas como las micheladas, o bien, en los estadios, festivales, bares y algunos sitios donde se busca hacer rendir el líquido y mantenerlo frío; sin embargo, esta práctica no es aconsejable según especialistas.
En principio, la cerveza es una bebida fermentada que no lleva hielo ni en su preparación ni en su momento de consumo, estas son las razones por las que es una mala idea añadirlo:
- Cuando se derrite aumenta el agua en la bebida, lo cual disminuye el sabor de la cerveza.
- Hace que el grado de alcohol sea menor.
- El hielo rompe las burbujas de la cerveza y se queda sin gas, su sabor cambia.
Del mismo modo, el vaso o copa en que la sirvas debe estar fría, pero no congelada, ya que al tener restos de hielo que se mezclan con la cerveza, también descarbonata tu bebida y afecta la espuma.
Claro que el cambio de sabor poco afecta en una michelada, una bebida de origen mexicano que ya combina una gran cantidad de salsas, picante, limón, sal e ingredientes inimaginables.
De hecho, según cuenta una leyenda, la michelada nació precisamente de la combinación de la cerveza con hielo, en el Club Deportivo Potosino de San Luis Potosí, cuando un miembro llamado Michel Ésper comenzó a pedir una cerveza con limón, sal, hielo y un popote en una copa llamada chabela y comenzó a llamarse con este nombre por ‘Michel y la copa ‘chabela’. Otras historias afirman que tiene este nombre por la frase ‘mi chela helada’.
Sin embargo, para quienes buscan disfrutar del sabor de la cerveza lo ideal es que busquen su temperatura correcta sin mezclas.
¿Cómo enfriar correctamente una cerveza?
De acuerdo con Cerveceros de México, la Cámara Nacional de la Industria de la Cerveza y de la Malta, la chelita “bien muerta” (casi congelada) no es la mejor opción para disfrutar sus sabores, aromas e ingredientes.
Según Cerveceros de México, para enfriar una cerveza es recomendable evitar que se congele, alejarla de la luz directa para que no se ‘azorrille’ y servir a la temperatura ideal de su estilo en un vaso para apreciar todos su atributos:
- Lagers pálidas como Pilsner: 3-7°C
- Lagers oscuras como Schwarzbier: 7-10°C
- Lagers americanas incluyendo lights: 3-4°C
- Cervezas de trigo: 4-10°C
- Pale Ales Americanas e IPA: 7-10°C
- Cream y Blond Ales: 4-7°C
- Stout Nitrogenada: 4-7°C
- Porter y Stout: 7-13°C
- Cervezas Belgas Pálidas: 4-7°C
- Dubbel: 10-13°C
- Cervezas lámbicas: 4-10°C
Si buscas enfriar una cerveza rápido con hielo, esto sí es posible, pero no dentro de la bebida: varias cervecerías recomiendan que ante las prisas por tener una chela fría sin arruinarla, una opción es colocar la botella o lata en un recipiente con donde se mezcle agua, hielo y sal.