En los años sesenta y setenta, una marca mexicana de helados se ganó el corazón de los ‘chilangos’, pues Yom Yom tenía unos peculiares locales en las calles de la Ciudad de México, protagonizados por redondas caras de payasos y arriba de ellos un cono invertido.
Aunque desaparecieron, años después se siguieron viendo los restos abandonados de aquella época a través de los lugares que por años albergaron sus productos. Su local principal estaba ubicado sobre Avenida de los Insurgentes, aunque hoy en ese mismo lugar se encuentra una tienda de carnes. Entonces decenas de personas se reunían para sentarse en alguna de sus mesas y disfrutar de sus sabores de helados ya sea por antojo o para afrontar un caluroso día.
Su historia data de Veracruz, específicamente con la receta de una madre de familia que producía cremas caseras a las que llamaba “cubitos”, de aguacate, queso, cajeta o nanche. Fueron cobrando popularidad y hoy forman parte de algunas generaciones que crecieron con ellos.
¿Qué fue de los helados Yom-Yom?
Por “necesidad y circunstancias de la vida” la marca desapareció en México y fue relanzada en febrero de 1999 en Colombia, con las mismas fórmulas que los vieron crecer en territorio nacional, por lo que se siguen denominando como productos mexicanos.
De acuerdo con su página oficial, ahora también hacen postres artesanales, mordiskos, turrones, paletas de crema y de agua (con opciones light), además de malteadas y macarrones.
Con Joel Velázquez Huar como titular, en el año 2000 se registraron como HELADOS MEXICANOS YOM YOM y a partir de agosto del 2010 se constituyeron como una empresa. Para 2015 se abrió en el municipio de Envigado su primer punto de venta y posteriormente inauguraron una sucursal donde se exhiben sus paletas en el Centro Comercial Mayorca, ubicada en Medellín.