Food and Drink

7 consejos para comenzar a beber vino, según una sommelier

¿Antojo de una copita? Si quieres aprender más sobre el vino, una experta mexicana nos cuenta por dónde empezar sin ‘morir en el intento’.

El vino es una bebida con grandes beneficios, sin embargo, muchas personas tienen la idea de que no les gusta tras una mala experiencia inicial (Foto: Shutterstock).

¿Blanco, tinto o rosado? ¿Joven o de crianza? ¿Barrica francesa o americana? ¿Mexicano, español, francés o chileno? ¿Espumoso o seco? Si ibas al supermercado o cualquier tienda en busca de un vino para la cena quizá salgas ya mareado de los anaqueles entre tantas posibilidades y con una botella llena de indecisión que quizá no te guste o no sea la indicada para la ocasión.

La sommelier Gabriela Petriz explica en entrevista que toda persona se ha perdido en un anaquel alguna vez; sin embargo, la experiencia de sumergirse en el mundo del vino puede ser muy agradable.

¿Cómo comenzar a beber vino?

“Antes, hace como 40 años, lo que llegaba a México eran vinos españoles muy clásicos en su mayoría, marcas que siempre estaban en casa y llegaba alguien con un paladar nuevo, lo probaba y decía ‘no me gusta el vino’ o ‘me dolió la cabeza”, explica Gabriela Petriz, especialista de viñedos La Redonda.

Este primer desencuentro con el vino quizá determinó el consumo de muchas de las personas que hoy lo descartan, pero se trata de “buscar buenas experiencias, que se comiencen a tomar riesgos, probarlo con más frecuencia”.

Para ello la especialista nos da varios consejos para que te encuentres (o reencuentres) con esta bebida.

No todo es el precio

La sommelier explica que al enfrentarse a la pregunta de “¿por dónde empiezo?” las personas suelen hacer dos cosas: se llevan lo más caro o lo más barato.

En este modo, esperan que el precio determine la calidad o que si no les gusta al menos así no será un golpe para el bolsillo.

Sin embargo, este puede ser un error al elegir un vino, pues si apenas inicias y llevas un vino muy costoso y complejo, aunque sea muy bueno podría no ser del agrado de tu paladar.

Primero bebe vinos monovarietales

En principio, cuando llegues al estante verás en las etiquetas muchos tipos de uva y mezclas de sus variedades: Cabernet Sauvignon, Merlot, Tempranillo, Carménère, Garnacha Malbec, Nebbiolo, Pinot Noir, Sauvignon Blanc y más.

Entre esta diversidad, la sommelier sugiere iniciar por vinos monovarietales, es decir, creados al 100% con una variedad de uva, no mezclas de ellas, pues “lo que se busca es que se exprese la uva como tal”.

Al conocer las características de cada una comenzarás a distinguirlas, por ejemplo, notarás que un Cabernet Sauvignon es de sabor herbal y más potente que un Malbec, el cual es más frutal y suave.

Un ejercicio que recomienda es tomar vinos frecuentemente de una uva, es decir, “un mes de Malbec hasta que me la aprenda, cuáles son sus notas, cómo se comporta, tener claro a qué sabe”.

Así empezarás a ver qué te gusta y qué no; a imaginar cuándo lo podrías tomar, por el tipo de sabores.

Algunos viñedos tienen líneas especiales para ello, La Redonda ofrece Toro Libre o Liebre por Gato.

Reconoce las regiones

Una vez que ya reconoces las uvas, la especialista sugiere seguir por regiones: compara un Malbec mexicano, un chileno y un argentino, notarás aromas y colores diferentes.

Además, se trata de informarte de lo que estás bebiendo: “estoy tomando e investigando características del Malbec”.

Conoce los procesos

Hay varios procesos para elaborar vino, si bien todos los vinos pasan por tanque unos pasan directo a botella, conocidos como vinos jóvenes, y otros pasan a barricas de madera para reposar cierto tiempo antes de embotellarse, estos vinos se denominan ‘con crianza’.

Hay distintos tipos de madera, diversos niveles de tostado de la barrica y varía el tiempo de permanencia; todo ello modifica el resultado.

Por el tiempo de crianza encontrarás etiquetas como:

  • Vinos de crianza: con un mínimo de seis meses en madera
  • Vinos de Reserva: al menos 12 meses de estancia en barrica de madera y hasta 24 meses en botella.
  • Vinos de Gran Reserva: al menos 18 meses en barrica de madera y 36 meses en botella.

Para explorar los procesos, la sommelier sugiere compararlos, por ejemplo, ver las diferencias entre un Malbec que tenga barrica francesa contra uno de barrica americana.

Mezclas de uvas

Cuando ya distingues cada uva, entonces ya sabrás leer la etiqueta, por ejemplo:

  • Si eliges un vino 60% Cabernet Sauvignon y 40% Merlot: sabrás que te llevas una botella con un pequeño destello de color, pero de sabor más potente.
  • Si eliges un vino 80% Merlot y 20% Cabernet Sauvignon: con presencia de una uva más sedosa y un poquito de Cabernet para darle más fuerza

Primero prueba secos, antes que dulces

Una recomendación común es primero tomar vinos dulces porque son considerados “más amables”; sin embargo Gabriela Petriz sugiere comenzar por los secos.

“Si entramos por un vino dulce nos podemos quedar encasillados en beber siempre vino dulce, porque cuando cambiemos a un seco nos va a saber muy potente”, explica.

Por ello, aconseja que si vas a iniciar a explorar sabores primero busques un vino rosado seco: contiene menos azúcar te da más oportunidad de conocer sus características, estilo de vino.

Los vinos rosados son más versátiles, explica, son sencillos de beber, de servir, de maridar (desde unos tacos al pastor a unos chiles en nogada).

Su sabor puede agradar tanto a quienes inician en esta bebida como a conocedores, “es un vino más simpático, es más fácil que le atines a que a la gente le guste que uno tinto... es el simpático del grupo”.

Luego puedes seguir con vinos rosados con barrica, que son menos conocidos, más potentes; y de ahí a tintos jóvenes, “lo más apegado a lo seco, porque es más cercano al vino natural, como es”.

¿Cuánto gastar en una botella de vino?

Si vas a los anaqueles como explorador, la sommelier afirma que una botella de alrededor de 300 pesos es una buena opción, luego puedes arriesgarte con precios más altos si te agradó la casa vinícola.

Claro que el rango depende del estilo de vino, pues los tintos suelen ser de menor costo que un espumoso, por ejemplo.

“No digo que los vinos menores de 300 pesos no valgan la pena, porque si vas iniciando en probar vinos creo que para conocer el tema de las variedades puedes agarrarlos, o si los vas a mezclar”, concluye la especialista.

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