Compartir un helado es quizá uno de los actos que más acerca a las personas, en la cima del cono mientras los sabores se derriten y apresuran la conversación, las historias se escriben; en la Ciudad de México este ritual se ha repetido durante más de cien años.
Antes de que el hielo convirtiera en un recurso de fácil acceso con refrigeradores y máquinas, el ingrediente principal de nieves y helados viajaba kilómetros sobre la espalda de los burros, desde volcanes como el Popocatépetl e Iztaccíhuatl.
En el libro La historia del helado en México, Martín González de la Vara dice que el primer nevero en el actual territorio mexicano fue el criollo Leonardo Leaños, en 1620 hacía helados de leche, miel y huevo.
La tradición de las familias que se dedican a las nieves es tal que hoy tenemos ferias como las de Tulyehualco y Xochimilco, en la Ciudad de México, donde se celebra la diversidad de sabores que se siguen creando generación tras generación.
Muchas neverías del siglo pasado han desaparecido, como La Bella Italia que abrió en la colonia Roma en 1922, pero desapareció en 2020; sin embargo, en el ex Distrito Federal aún sobreviven heladerías antiguas que debes conocer si tu sabor favorito es la nostalgia.
1921: La Especial de París
La colonia San Rafael guarda una historia que no ha podido derretir el tiempo: La Especial de París.
Esta heladería comenzó su tradición el 1921, cuando el señor Domingo Lozada comenzó a recorrer el Distrito Federal con un par de tinas de madera, limón y vainilla.
Las cubetas se convirtieron en un puesto de madera en 1929 en la calle de París, la cual le dio el nombre al negocio familiar que tiempo después, en 1942, se trasladó a un local cercano cuando hubo cambios en la traza de la metrópoli por la construcción de avenida Insurgentes.
Se ha vuelto un universo dulce con sabores como chocolate, almendras, té chai, ron, tabaco, palanqueta, mate, granada, zapote o maracuyá, aunque el preferido de sus comensales sigue siendo uno de los más antiguos: vainilla, ya que se elabora con vaina natural, no con saborizantes. Han sumado a su menú diversos postres, cafés y demás bebidas.
El establecimiento ha seguido en pie como una herencia familiar, aún con la pandemia, que se llevó a personas que trabajaban detrás de su mostrador y amaban tanto el helado como su fundador.
La tradición de La Especial pasó por la boca y pluma del cronista Salvador Novo, quien en su libro Nueva grandeza mexicana (1946) diferencia los ice creams de “lamentable mecanización” de las nieves y helados de México, como las del puesto de la calle París, que aglomeraba coches en la esquina con Artes.
- ¿Dónde? Insurgentes Centro 117-B, San Rafael, Cuauhtémoc, 06470 Ciudad de México, CDMX.
- ¿Cuánto? 30 a 150 pesos.
1926: Mi Juanita
En Tacubaya hay un local frente al cual se forma todo el barrio desde hace décadas, se trata de Mi Juanita, una nevería de tres generaciones cuya tradición inició en 1926 cuando Pedro González Ramírez comenzó a ser ‘el hombre de las nieves’.
Antes de llegar al local actual en la calle Héroes, el señor Pedro se instaló en la década de los 40 en un puesto de mercado del antiguo mercado de Tacubaya, estuvo en varios locales antes de llegar al definitivo.
Es un pequeño establecimiento de paredes aderezadas con fotografías antiguas de personajes como James Simmons, de Kiss, y todo tipo de personalidades que ha pasado a probar sus helados.
Ha sido visitado incluso por Viruta y Capulina, quienes un día llegaron en un vocho azul para echarse una nieve.
Preparan alrededor de 125 sabores, desde clásicos como crema de limón, mamey y grosella, el favorito del fundador; también han experimentado con otros que bien podrían ser ‘grajeas de todos los sabores’: chicharrón, mole, pico de gallo, ceviche y camarón.
- ¿Dónde? Héroes de 1810 21, Tacubaya, Miguel Hidalgo, 11870 Ciudad de México, CDMX.
- ¿Cuánto? Alrededor de 20 pesos.
1939: Chiandoni
La historia de los Helados Chiandoni nos lleva hasta 1939, cuando comenzaron a vender sus recetas especiales italianas, aunque se establecieron en la colonia Nápoles hasta 1957.
Todo inició con Pietro Chiandoni, un italiano que había llegado al país cuando solo tenía 14 años, se dedicó al boxeo, a la lucha libre y a los helados, por lo cual fue conocido como ‘El Señor de las Nieves’.
Sus recetas siguen casi intactas desde aquellos años, mantienen la decoración original de los años 50, con sabores clásicos como el helado de vainilla y el hudge fudge sundae.
El establecimiento ha sido escenario de videoclips de artistas como Kabbah y Alejandra Guzmán.
- ¿Dónde? C. Pensilvania 255, Nápoles, Benito Juárez, 03810 Ciudad de México, CDMX.
- ¿Cuánto? Entre 70 y cien pesos por persona.
1946: Roxy
Todo comenzó en tierras tapatías en la década de los 40 con un recuerdo: Carlos Gallardo tenía en sus memorias una nieve de limón de color blanco que comía en la Barca, Jalisco; así que comenzó a vender helados en pórtico del Cine Roxy, en Guadalajara.
Para 1946 sus nieves se extendieron hasta la colonia Condesa de la Ciudad de México, donde instaló una fuente de sodas al estilo estadounidense: él se encargaba de la barra y su esposa María Luisa Rubio hacía las nieves, helados, y mermeladas.
Sus descendientes se sumergieron en ese mismo recuerdo y continuaron con el negocio, actualmente tienen seis sucursales, pero los nostálgicos siempre vuelven a la Condesa, para saborear el pasado en un ambiente retro.
Hay sabores como arroz con leche, chocolate, vainilla, turrón, tuna, lima, guanábana; también malteadas, flotantes y más.
- ¿Dónde? Fernando Montes de Oca 89, Colonia Condesa, Cuauhtémoc, 06140 Ciudad de México, CDMX
- ¿Cuánto? De 30 a 50 pesos.