Hay muchos tipos de llanto, a veces éste llega sin razón, pero las lágrimas de picar cebolla al menos son el presagio de que al final llegarán unos tacos, pozole, pancita, guacamole, pico de gallo o cualquier guisado.
En las cocinas el ritual se repite generación tras generación: mientras se rebana finamente ese ingrediente sobre la tabla, los ojos comienzan a picarnos y finalmente las lágrimas llegan, ¿pero por qué pasa esto?
El efecto es tan universalmente conocido que llega hasta a la ficción, incluso en la novela Como agua para chocolate, de la escritora Laura Esquivel, un personaje da un consejo para evitarlo en la receta para hacer las tortas de Navidad:
“La cebolla tiene que estar finamente picada. Les sugiero ponerse un pequeño trozo de cebolla en la mollera con el fin de evitar el molesto lagrimeo que se produce cuando uno la está cortando. Lo malo de llorar cuando uno pica cebolla no es el simple hecho de llorar, sino que a veces uno empieza, como quien dice, se pica, y ya no puede parar. No sé si a ustedes les ha pasado pero a mí la mera verdad sí. Infinidad de veces. Mamá decía que era porque yo soy igual de sensible a la cebolla que Tita, mi tía abuela”.
¿Por qué la cebolla nos hace llorar?
De acuerdo con un artículo de National Geographic, sucede que al cortar la cebolla se mezclan dos sustancias que dan como resultado un gas que contiene azufre; cuando éste tiene contacto con el agua (humedad de los ojos en este caso), se descompone en ácido sulfúrico (es similar al gas lacrimógeno).
Así que en respuesta el cerebro indica a los conductos lacrimales que produzcan más agua para proteger los ojos: lloras.
En un artículo de la revista ACS Chemical Biology se detalla que la bioquímica que da a las cebollas su sabor forma parte de una “guerra química” contra los microbios y animales, se trata de un mecanismo de defensa que implica la formación del lacrimógeno volátil que causa la irritación de los ojos al corte.
¿Cómo evitar llorar con la cebolla?
Para evitar el llanto se han tomado medidas extremas alrededor del mundo, en Japón, por ejemplo, diseñaron una cebolla a prueba de lágrimas, pero el sabor es distinto.
Aunque hay remedios populares como mascar chicle o poner un trozo de cebolla en la cabeza, en realidad hay otras formas de ahorrarte las lágrimas.
- La destreza es la forma más sencilla de evitarlo. Un aspecto clave es usar un cuchillo filoso, ya que si el corte es más preciso se desgarran menos las capas; asimismo, trata de no machacarla al cortar.
- Enfría la cebolla antes de cocinarlo, colócala en el congelador de 10 a 30 minutos, ya que la baja temperatura hace que la reacción sea más lenta. Además, será más fácil pelarla y cortarla.
- Usa lentes de cocina o gafas de seguridad para bloquear el contacto.
- Corta la cebolla bajo agua fría, esto ayudará a disminuir el lagrimeo ya que los compuestos volátiles se liberarán y reaccionarán al agua antes que a la humedad de tus ojos.