Trigo y agua: esta sencilla combinación con la que se crea la pasta ha dado al mundo uno de los platillos más consumidos en el mundo, con infinitas formas, colores y sabores, todo un universo de sabor listo para llevarse al plato.
Este alimento milenario es uno de los favoritos, incluso cada 25 de octubre se celebra el Día Mundial de la Pasta, iniciativa de diversos fabricantes que se reunieron en 1995 en el primer Congreso Mundial de Pasta en Roma, Italia.
Hay una Organización Internacional de la Pasta (IPO) que desde 1998 organiza actividades en varias ciudades del mundo en estas fechas. Esta celebración busca resaltar los beneficios nutricionales de la pasta, un alimento versátil y económico.
¿Cuál es el origen de la pasta?
De acuerdo con el Diccionario gastronómico de Larousse Cocina, se ha dicho que la pasta se ha elaborado desde la antigüedad en China, cuando Marco Polo la encontró en 1295, a modo de fideos asiáticos.
Hay quienes señalan que, si bien los chinos ya comían fideos desde hace miles de años, se hacían con mijo, no con trigo, cabe destacar que en la actualidad se hacen con harina, agua y sal y se han vuelto populares en distintos modos, desde los tradicionales a los instantáneos.
Por ello, algunas versiones apuntan que la pasta ya se conocía desde antes de Marco Polo en el actual territorio italiano, se le ha rastreado hasta Sicilia en la Edad Media, cuando se elaboraba el Maccheroni (término génerico usado para hablar de la pasta) e ‘itriyya’ (tiras largas y delgadas de masa seca).
Esta preparación llegó a Francia en el siglo XVI, de la mano de Catalina de Médicis y en un inicio era solo para la nobleza y la burguesía.
De ahí inició una expansión a la Provenza y Alsacia, Europa Central, Alemania; para finales del siglo XIX tocó puerto en Estados Unidos con las personas inmigrantes de Italia y hasta el siglo XIX, con su fabricación industrial, se volvió tan popular.
¿Cuántos tipos de pastas hay?
En principio, puedes encontrar a grandes rasgos dos tipos de pasta:
- Seca: a base de sémola de trigo duro y agua, a veces huevos o verduras.
- Fresca: a base de harina y huevos.
Para hacerse, no requiere más que amasar la sémola de trigo o la harina con agua, los huevos frescos son retomados según la receta; la masa es cortada según el aspecto deseado.
Puedes encontrar otras clasificaciones según sus componentes:
- Clásicas: solo con sémola de trigo duro y agua, su sabor varía según su forma, así, unos macarrones no sabrán igual que un tagliatelle aunque tenga los mismos ingredientes, por su adherencia a las grasas.
- Con huevo
- Con leche
- Con verduras o aromatizadas: con sabor como espinacas o jitomate
- Rellenas
- Trigo integral
Tipos de pastas italianas
Se estima que en Italia hay alrededor de 130 tipos de pasta, se diferencian por su forma, relleno, tipo de harina o uso de huevo en la masa.
El Diccionario gastronómico explica que hay cuatro grandes tipos:
Sopa
- Anellinis (aros).
- Conchigliettes (conchas)
- Linguinis (granos pequeños)
- Penninis (plumas)
- Risonis (granos de arroz)
- Stellines (estrellas)
- Letras
- Cabellos de ángel
- Fideos
Pastas para cocer
Aquí el listado bien se puede volver infinito:
- Planas delgadas o anchas: tagliatelles, fettuccinis.
- Redondas: spaghettis, spaghettinis y fedelinis.
- Huecas: macarrones, rigatonis, pennes
- Curvas: conchas.
- En nido: pappardelles.
- En forma de mariposa (farfalles).
- En forma de hélice (eliches).
Pastas para gratinar o cocer en el horno
Aquí entramos en el territorio de la lasaña, que son previamente cocidas en agua para luego ser llevadas al horno:
- Lasañas: lisas o de bordes ondulados.
- Tortiglionis: codos estriados
- Grandes macarrones: bucatinis.
- Conchas y las pajaritas (cravattines).
Pastas para rellenar
- Canelones
- Raviolis
- Agnolottis (con forma de pequeña empanada)
- Cappellettis (con forma de pequeño sombrero)
- Lumaches (conchas)
- Manicottis (grandes canelones)
- Tortellinis
- Tortellonis