Hace una semana los pilotos de la Fórmula Uno llegaron a México para el Gran Premio en el Autódromo Hermanos Rodríguez y después de la esperada carrera del domingo, varios de ellos se han tomado el tiempo para recorrer la Ciudad de México.
El fin de semana de Fórmula Uno también fue una experiencia culinaria, desde el menú del Paddock Club de quienes pagaron hasta 7 mil dólares (139 mil pesos) para ir al GP de México, hasta la oferta de más de 40 restaurantes en las distintas zonas.
Pero fuera del autódromo, los pilotos también dieron un recorrido culinario. Valtteri Bottas, de Alfa Romeo, no perdió oportunidad para comer quesadillas y tomarse una caguama.
Carlos Sainz y Lando Norris en Polanco
Entre quienes fueron vistos en los establecimientos de la CDMX está el madrileño Carlos Sainz, quien el mismo día de su arribo a tierras mexicanas fue al restaurante Torre de Castilla, ubicado en Polanco, para comer mientras escuchaba mariachi.
Luego, este lunes el piloto de Ferrari acudió a otro lugar acompañado de Lando Norris; el piloto de McLaren se ha mostrado entusiasmado por la comida mexicana, incluso en su Instagram publicó una fotografía comiendo en su habitación con pico de gallo: “Día 34. Amo las quesadillas de pollo”; posteriormente, fue con Sainz al restaurante Blanco Castelar.
¿Cuánto cuesta comer en Blanco Castelar?
Este sitio en la calle Emilio Castelar 163, en Polanco, es un lujoso restaurante ubicado en una construcción de estilo californiano, diseñada en 1940, se especializa en cocina fusión mexicano-europea con alta coctelería. Forma parte del Grupo Carolo.
De hecho, el chef Cesar De La Parra, de Grupo Carolo, publicó una fotografía en sus redes sociales con los dos pilotos de F1: “Cuando no puedes ir a las carreras porque nadie te invita, pero sabes cocinar y @borjafsoto (chef) es tu colega”, escribió.
El restaurante ofrece ingredientes importados de España como el famoso jamón ibérico, que ofrecen como entrada: 80 gramos con pan tomate por 995 pesos; o bien, especialidades con sabores mexicanos como queso fundido con birria (395 pesos) y fondue de huitlacoche con tortillas de masa madre (290 pesos).
Entre sus opciones, hay platillos con pesca sustentable de 395 pesos (lubina rasurada) a pescado a la sal (mil 380).
También platillos con sabores como la carne Wagyu, conocida como una de las más costosas del mundo, en tartar o tiradito (360 a 395 pesos); también Short Rib de 3 huesos (mil 850) con salsa de chipotle ahumado y piloncillo o tacos de lechón confitado (330 pesos).
Entre lo más económico, está la ensalada de la casa (espárragos, jitomate orgánico, palmito, papa y aceitunas) por 165 pesos y la lechuga francesa aliñada (180 pesos) con queso Fromagere tibio y crostinis de pan rústico.
En las bebidas hay una carta con precios muy variables:
- Mezcal, tequila, whisky, licores y más: 60 ml por un rango de 150 a 2 mil 695.
- Cocteles: de 185 a 210.
- Vinos de Francia, España, México, Estados Unidos, Argentina e Italia: con botellas de 950 a 74 mil pesos.