La Ciudad de México se une este año a las celebraciones del Año Nuevo Chino, y contará con distintas actividades como un concurso de disfraces y un festival en el Centro Nacional de las Artes (Cenart).
También el Barrio Chino de la CDMX se llenará de actividades que puedes realizar para celebrar la llegada del año del conejo, que llegará el próximo 22 de enero, así que prepárate para festejarlo descubriendo los orígenes de uno de sus sabores de temporada: los pasteles de luna.
¿Qué son los pasteles de luna?
Los pasteles de luna no solo son un bocadillo que se acostumbra a comer durante esta celebración, ya que hasta su forma guarda simbolismo, pues está dedica da a apreciar al satélite natural que órbita alrededor de la tierra; y claro, a la unión familiar.
Usualmente se consume durante la temporada del festival, que comprende del 20 de enero al 20 de febrero.
Cuenta con mensajes en la parte superior que usualmente le desean al consumidor un feliz año lunar. Los sabores del pastel varían bastante, ya que oscilan entre las barreras de lo dulce y lo salado.
Entre los sabores principales de este platillo, destacan:
- Frijol rojo
- Té verde
- Crema de queso
- Frutas
- Semilla de loto
Es posible que en el Barrio Chino de la CDMX puedas hallar sitios en los que vendan el bizcocho oriental. También es posible que el pastel lunar tenga formas de los animales del zodiaco chino, así como distintos colores vivos y alegres.
La leyenda detrás de los pasteles de luna
De acuerdo con el sitio del Barrio Chino de Londres, los orígenes del postre se remontan al siglo XIII, cuando la dinastía mongola estaba en poder del gigante asiático. De acuerdo con la leyenda, la revolución contra aquel régimen se pudo concretar gracias a los pasteles de luna.
El líder rebelde Liu Bowen, tras haber asegurado permiso de los mongoles para repartir los pasteles de luna durante las celebraciones de Año Nuevo, escondió un mensaje en el que le pedía a sus compatriotas chinos a levantarse en contra de los invasores.
Así que el derrocamiento de la dinastía mongola fue lo que propició la tradición del pastel lunar durante la temporada de fiestas oriental.