El pan, en sus múltiples presentaciones -bolillo, de dulce, hojaldrado, en baguete e incluso el llamado pan de caja- es uno de esos gustos que a veces resulta culposo para las personas.
Mucho se habla sobre los riesgos que su consumo implica a la dieta, pues se le ha ‘satanizado’ como una de las principales fuentes de carbohidratos para la gente, eso sin contar los conservadores, endulzantes e ingredientes químicos que poseen aquellos vendidos en supermercados.
Sin embargo, las advertencias no solo van relacionadas con su aporte de azúcares y carbohidratos, sino en el impacto que este puede tener en la salud. Incluso, hay quienes debido a ciertas condiciones médicas no deben consumir pan.
¿Quiénes no deben comer pan?
Empezando por ‘desmenuzar’ los ingredientes básicos del pan, este se elabora a base de harina -principalmente de trigo-, agua, sal y levadura ‘para que esponje’, aunque también hay otro tipo de pan que se elabora con masa de hojaldre la cual, además de los tres primeros, lleva manteca o mantequilla.
Teniendo esta base, puedes elaborar distintos tipos de panes y agregarles azúcar, chocolate, semillas, saborizantes naturales y artificiales, así como mantequilla y otros ingredientes.
No obstante, la base misma del pan puede resultar un problema para algunas personas con distintas afectaciones médicas, así como susceptibilidad a sus ingredientes. Entre estas, se encuentran:
Personas celiacas
La celiaquía se traduce en la sensibilidad al gluten, un ingrediente que está presente en granos como el trigo, la cebada y el centeno, que pueden ser los principales ingredientes de este producto.
Esto quiere decir que las personas con enfermedad celiaca que consumen gluten pueden experimentar afectaciones en su intestino delgado provocando la mala absorción de nutrientes, por lo que el consumo de pan en este tipo de personas está restringido.
Personas hipertensas o con retención de líquidos
La principal razón por la que las personas que padecen de hipertensión arterial y/o retención de líquidos es porque algunos tipos de pan -sobre todo aquellos procesados y vendidos en supermercados- contienen altas cantidades de sodio.
A su vez, el sodio es una de las principales razones de retención de líquidos, así como del aumento en la presión arterial.
Personas con resistencia a la insulina o tendencia a diabetes
El pan tiene un alto índice glucémico, por lo que su consumo puede provocar picos altos de azúcar en la sangre, así como un desgaste en la insulina, hormona que ayuda a la regulación del azúcar en nuestro organismo. Además, puede afectar directamente la correcta función del páncreas.
Personas intolerantes y/o alérgicas a los ingredientes del pan
Así como hay quienes son intolerantes a la lactosa, algunas personas tienen reacciones negativas al consumir trigo o sus derivados, y pueden presentar problemas en su tracto digestivo o en la piel al consumir pan.
Entre los principales problemas intestinales que puede desencadenar para este sector están la diarrea e hinchazón del vientre.