Hay quienes no sienten que su mañana está completa hasta que se toman su primera taza de café, cuando sienten esa dosis de cafeína que ayuda a sentirse alertas y concentrados, aunque hay ciertos momentos del día en que los especialistas sugieren evitarla.
El café es una bebida con varios beneficios para la salud, según varias investigaciones su consumo moderado se ha asociado a menor riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer, diabetes tipo 2, cardiopatías, contiene antioxidantes y se relaciona con un mejor estado de ánimo.
Sin embargo, sus efectos son distintos en cada persona, según factores genéticos, la sensibilidad a la cafeína, la edad, los medicamentos que se toman, esa taza que a alguien causa placer, a otro puede causar repudio por una serie de efectos secundarios.
El efecto de la cafeína dura alrededor de 10 horas en el cuerpo, por lo que en ciertas condiciones y cantidades su consumo se vuelve contraproducente.
¿Cuándo ya no tomar café?
Después del mediodía
Sharon Katzman, especialista en nutrición, explica en el portal Eat this, not that que se sugiere ya no beber café después del mediodía, ya que hacerlo más tarde de las 12:00 p.m. podría interferir con el horario de sueño.
De acuerdo con Ella Davar, consultada por dicho portal, el cold brew (infusión fría) tiene más cafeína que el café caliente porque se necesita de una mayor cantidad para prepararla, por ello, si se toma a antes del mediodía puede mantener activos por más tiempo a los amantes del café de la tarde, ya que sus efectos tardarán más en pasar.
Otros especialistas afirman que el tiempo límite para tomarlo es a las 5 de la tarde, o bien, cuatro horas antes de dormir, aunque depende de cómo actúa la cafeína en cada persona, ya que en ese periodo el café puede disminuir al menos una hora de sueño.
Después de la segunda taza
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) explica la dosis adecuada para las personas adultas sanas es de 400 miligramos de cafeína al día, equivalente a cuatro o cinco tazas de café.
Sin embargo, Katzman sugiere limitar la ingesta a solo dos o tres tazas, ya que tomar de tres a cuatro podría causar deshidratación.
En ayunas
La especialista Ella Davar comenta en Eat this, not that, que el café es una bebida ácida e ingerirla con el estómago vacío podría traer algunos malestares. Esto es en especial perjudicial para quienes padecen de acidez, reflujo, problemas digestivos y demás.
Según Davar, se pueden tomar medidas como usar granos orgánicos o agregar un poco de leche para reducir la acidez del café; o bien, optar por la infusión en frío, que suele ser menos amarga y ácida.
Considera que si agregas leche también estás sumando demasiadas calorías de más, pues una taza de 8 onzas (236 mililitros) de café negro solo contiene 2 calorías, pero según Harvard T.H. Chan School of Public Health “si tomas tu café con crema y azúcar, estás agregando más de 100 calorías adicionales a tu taza diaria”:
- Una cucharada de crema contiene 52 calorías.
- Una cucharada de leche entera contiene 9 calorías y, si bien esto no es tanto, se suele agregar sin medir o el café soluble se prepara directo en la taza de leche, “es posible que obtenga varias porciones de leche o crema en su café”.
- Una cucharada de azúcar contiene 48 calorías.
Todos los días
Si bien un consumo cotidiano tiene beneficios para la salud, Davar agrega que es una buena idea tener un descanso de la cafeína de todos los días, ya que se va generando resistencia.
Al ser un estimulante que actúa en el sistema nervioso y sobre los niveles de energía, la bebida aumenta la actividad de ciertas hormonas y esto puede causar inconvenientes:
“El problema es que nuestro cuerpo se adapta a sus efectos y requiere dosis cada vez mayores para obtener el mismo efecto; lo que acaba provocando agotamiento y fatiga”. La especialista sugiere sustituirlo de vez en cuando por marcha o té verde.
¿Qué pasa si tomo demasiado café?
Quienes son sensibles a la cafeína o toman demasiadas bebidas al día podrían experimentar:
- Ansiedad
- Nerviosismo
- Irritabilidad
- Aumenta la frecuencia cardiaca y respiratoria
- Insomnio
- Malestar estomacal
- Náuseas
- Dolor de cabeza
- Falta de concentración
- Disforia