¿Te gusta disfrutar de un rico cafecito por las mañanas? Muchos amantes de la cafeína prefieren despertar con un estimulante al sistema nervioso central que les ayude a estar alertas y, sobre todo después de un día de fiesta, es muy común mezclarla con una aspirina para aliviar las molestias que se generan por el exceso del alcohol.
La combinación se ha hecho popular para combatir migrañas, por lo que incluso puedes encontrarla en farmacias con pastillas que son de venta libre, pero tomarlas juntas podría tener algunos riesgos para la salud, sobre todo para las personas que son sensibles a sus compuestos.
Aunque pueden funcionar bien juntas, esto no ocurre en todos los casos. La aspirina -el ácido acetilsalicílico- está asociada al alivio del dolor de cabeza, ayuda a diluir la sangre, previene ataques cardiacos y tiene efectos antiinflamatorios en el organismo. Mientras que el consumo de la cafeína también puede conllevar algunos efectos secundarios.
¿Qué pasa si tomo mi café con una aspirina?
En ambos casos es recomendable el uso moderado ya que unidas pueden mejoran el estado de ánimo y el rendimiento; además, tomar café con aspirina disminuye la construcción de vasos sanguíneos en el cerebro, razón por la que combaten los dolores.
De acuerdo con SingleCare, los salicilatos se encuentran tanto en la aspirina como en el café, por lo que hay que tener cuidado de no ingerir más de lo que el cuerpo puede manejar. Asimismo, la bebida contiene taninos, que podrían afectar la correcta absorción de la medicación, por lo que no cumpliría su objetivo.
Entre los efectos adversos de tomar café se encuentra la taquicardia o presión arterial alta, por lo que podría aumentarse el riesgo de padecerlos. Es por ello que se recomienda, para cuidar el estómago, tomar un vaso de agua en el intermedio.