¿Se cancelan los ‘chescos’? Luego de ir contra quesillos, harina para hot cakes y otros alimentos, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) realizó un estudio de calidad de refrescos y varios salieron ‘reprobados’, uno de los cuales es Jarritos, que acaba de lanzar su colaboración con tenis Nike, así como Chaparritas, las favoritas de Guillermo del Toro.
Los refrescos son bebidas azucaradas, es decir, incorporan azúcar añadido u otros edulcorantes (jarabe de maíz de alta fructosa, sacarosa, concentrados de zumo de frutas, etc.); forman parte de la vida cotidiana, aunque un consumo excesivo puede tener consecuencias para la salud.
Este nuevo análisis, realizado por el Laboratorio Nacional de Protección al Consumidor en el periodo del 28 de noviembre de 2022 al 15 de marzo de 2023, forma parte de la edición de mayo de la Revista del Consumidor.
En un comunicado, Profeco da un adelanto y explica que se analizaron 46 productos para determinar su contenido azúcares, cafeína y edulcorantes no calóricos; asimismo su información comercial. Se encontró que:
- 22 adicionan azúcares y edulcorantes no calóricos
- 8 solo adicionan azúcares
- 15 son sin calorías
- 1 bajo en calorías
Aunque todos los productos analizados cumplieron con la calidad sanitaria, Profeco halló varias irregularidades.
¿Qué refrescos fueron reprobados por Profeco?
Incumplen contenido neto
Según un adelanto del estudio, 3 refrescos no cumplieron el contenido neto declarado en una unidad:
- JUMEX Naranjada Frutzzo, bebida carbonatada mineralizada sabor naranja: declara 600 ml. y tiene 582 ml.
- Zing, refresco carbonatado sabor naranja sin calorías: declara 3.3 litros y tiene 3.24 litros.
- Ameyal, refresco sabor fresa kiwi en presentación de 2 litros.
Información comercial engañosa
Profeco explica que varios productos tienen irregularidades en su información comercial:
- 4 tienen leyendas que no comprueban técnicamente.
- 2 presentan leyendas que pueden inducir error respecto a las características.
- 3 productos ostenta la Contraseña Oficial ‘NOM 218′ y no demuestran su cumplimiento.
En particular, se ha hablado de estas marcas, aunque el estudio completo se publica hasta mayo:
- La Crox, Sparklin water Orange naturally essenced (355 ml): según el comunicado, no tiene información comercial en idioma español, con lo cual incumple la NOM-051-SCFI/SSA1-2010 ‘Especificaciones generales de etiquetado para alimentos y bebidas no alcohólicas preenvasados-Información comercial y sanitaria’.
- Sisi: se halló que esta marca tiene un edulcorante calórico llamado Acesulfame K cuya cantidad no informa correctamente como solicitan las normativas.
- Ameyal de Mundet: además de incumplir en contenido (declara dos litros y tiene 1.96 litros) esta marca no tiene frutas, pero su etiqueta es engañosa al colocar una fresa y un kiwi y describirse como “Refresco Frutal”.
- Sidral Aga: pese a que en su edición de 2 litros dice que tiene “concentrado elaborado con 20% jugo de manzana”, éste es de apenas 1% de jugo.
- Jarritos: la leyenda ‘¡Qué buenos son!’ que forma parte de la marca no se comprueba ni especifica a qué se refiere, por lo cual deben retirar la frase para poder permanecer a la venta.
- FREELIFE, agua gasificada con extracto natural naranja-mango (México) 355 ml: no demuestra ser “100% natural”.
- KAS (330 ml.): no comprueba un “Intenso sabor a cítrico con gas”.
- SCHWEPPES (330 ml): no demostró ser una “Bebida refrescante con extractos, con azúcar y edulcorante”.
Azúcares añadidos
Según el comunicado, en la declaración de azúcares añadidos se encontró:
- Barrilitos, refresco ponche tropical (2 litros) dice que tiene fructosa, pero en realidad es jarabe de alta fructosa.
- Chaparritas, refresco sin gas pasteurizado (250 ml), asegura que tiene jarabe de azúcar de caña y contiene jarabe de azúcar invertido.
- Señorial, bebida carbonatada sabor sangría(355 ml), dice que tiene fructosa y contiene jarabe de alta fructosa.
Según una edición anterior de la Revista del Consumidor, el jarabe de maíz de alta fructosa es un endulzante líquido, “si se consume en exceso fomenta la producción de la hormona ghrelina, la cual regula el apetito y su sobreproducción retarda la sensación de saciedad e induce al hambre”.