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Así fue el desayuno de ‘El Mayo’ Zambada y María Scherer: ‘¿Le gustaron los tamales?’

La periodista María Scherer entrevistó a ‘El Mayo’ Zambada poco antes de su detención, en ese entonces su vida transcurría entre machaca y paseos por el monte.

'El Mayo' fue entrevistado por María Scherer y comieron tamales. (Foto: Especial El Financiero).

Desde una prisión de alta seguridad en Estados Unidos, ‘El Chapo’ Guzmán añora las enchiladas suizas porque le recuerdan a su mamá, quizá también otros sabores de México, como los de su cena con Kate del Castillo, cuando le invitó tacos, carne asada y tequila.

En el Centro de Detención Metropolitano de Brooklyn (Estados Unidos), donde se sirve sándwich de pollo o de mantequilla de maní en Navidad, probablemente ‘El Mayo’ Zambada también añora la sazón norteña de su mesa.

María Scherer entrevistó a Ismael ‘El Mayo’ Zambada dos semanas antes de su arresto en un aeropuerto el 25 de julio de 2024, compartieron el desayuno y su encuentro terminó con una promesa que él no podría cumplir:

–¿Le gustaron los tamales? – preguntó ‘El Mayo’.


–¡Cómo no! – respondió la hija de Julio Scherer.

–Le voy a mandar.

María Scherer publicó la historia de ese encuentro en la revista Proceso este 15 de enero, en la cual narra aspectos de la vida del capo en sus últimos días en libertad.

Así fue el encuentro de ‘El Mayo’ Zambada y María Scherer

Varios encuentros de personas vinculadas al narcotráfico han tenido comida de por medio, por ejemplo, una vez Emma Coronel dio una entrevista en un restaurante de mariscos de Sinaloa, donde habló de su vida con su esposo, ‘El Chapo’.

La periodista María Scherer relata cómo la admiración de ‘El Mayo’ por Julio Scherer causó la invitación del narcotraficante mexicano para que ella lo visitara, el trayecto con un automóvil a un centro comercial y luego en una camioneta por un paisaje árido durante kilómetros hasta una casa donde se encontró con aquel hombre delgado de 74 años que usaba una playera polo, de la marca Boss.

La casa del líder del Cártel de Sinaloa tenía árboles frutales, varios cuadros pintados por su hijo ‘El Vicentillo’ (Jesús Vicente Zambada Niebla​​), una frase enmarcada de Mahatma Gandhi, ya que él se describió como “pacifista”, y otro cuadro donde estaba acompañado de Julio Scherer.

María detalla cuál fue el menú que compartió con el capo: “Nos sentamos a la mesa: yo en la cabecera, ‘El Mayo’ a mi derecha. Las cocineras nos ofrecen un desayuno copioso. Hay café, jugos, fruta, machaca, requesón, frijoles, salsas, tortillas hechas a mano y algunas cosas más”.

Mientras desayunaban, María Scherer le preguntó cómo estaba su salud, luego de que se había reportado que estaba muy enfermo.

–¿Usted cómo me ve?

–Muy flaco, pero bien. ¿Qué le pasó en la pierna?

Ismael Zambada, quien cojeaba un poco cuando la recibió, le mostró que en su rodilla derecha tenía una cicatriz por una cirugía que ocurrió tras una caída que le rompió el fémur.

Más tarde, mientras hablaban de temas como la estrategia de “abrazos no balazos” de Andrés Manuel López Obrador, Zambada le ofreció a María un mezcal de Durango, “sin interrumpir la conversación, vierte el alcohol en tres vasitos de una botella de vidrio, sin etiqueta”.

– Tiene razón el presidente. Los balazos son peligrosos – comentó el narcotraficante.

La vida de uno de los narcotraficantes más buscados transcurría en ese entonces entre machaca y paseos por el monte a las cuatro de la mañana; poco después, su vida sería otra, como compañero de Sean ‘Diddy’ Combs en la cárcel de los famosos.

Unos años antes, ‘El Mayo’ había replicado esa misma rutina con Julio Scherer, a quien recibió con una invitación a la mesa: “Lo esperaba para que almorzáramos juntos”.

“Al instante fuimos servidos con vasos de jugo de naranja y vasos de leche, carne, frijoles, tostadas, quesos que se desmoronaban entre los dedos o derretían en el paladar, café azucarado”, rememoraba Julio Scherer en su publicación de Proceso.

Tuvieron una conversación donde el capo confesó un temor que, a diferencia de los tamales, sí cumpliría: “Tengo pánico de que me encierren”.

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