Se trata de San Miguel de Allende, Tecate y distintos pueblos mágicos que alojan proyectos especializados en este mercado, detonados a partir del distanciamiento social producido por la pandemia.
De acuerdo con el Global Wellness Institute, el mercado inmobiliario del segmento del bienestar en el mundo, ascendía hace 4 años a 134 billones de dólares y la economía del wellness se estima en 4.2 billones de dólares en medicinas, cuidado personal, turismo y spas.
En 2017 había en el mundo 740 proyectos inmobiliarios turísticos del tipo en 34 países. En América Latina solo fueron registrados 12, entre ellos Guadalajara, Monterrey y Ciudad de México.
Sin embargo, el desarrollo se ha expandido en el país hacia destinos como San Miguel de Allende, Tecate y Los Cabos; además de otros en la zona de Costa Alegre, Puerto Vallarta y Tequila en Jalisco; Riviera Nayarit; Mahahual y Bacalar en Quintana Roo; Todos los Santos en Baja California Sur; Mazatlán, Sinaloa; La Puerta norte de la ruta del vino en Baja California; Cadereyta, Bernal y Tequisquiapan, en Querétaro y Barranca del Cobre, en Chihuahua.
Pedro Delgado, director de la división Hoteles y Hospitalidad en Newmark México y Latinoamérica, considera que el clima, naturaleza, productos del campo, conocimiento y la cultura local favorecen el posicionamiento de estos destinos.
“El nuevo turismo es más consciente, se aleja de los productos globalizados, de las multitudes y se enfoca en experiencias únicas e irrepetibles, marcando tendencias hacia el bienestar, con espacios retrospectivos y de transformación”, detalla.
Un referente mundial de los spas es Rancho La Puerta, ubicado en Tecate, Baja California, al igual que otros destinos locales.
Es en estos sitios donde existen características relacionadas con infraestructura y actividades que generan el desarrollo de los sentidos, espacios para ejercitar la mente, alimentación, contacto con la naturaleza y el paisajismo.
Otro aspecto relevante es el nivel de desplante, dado que en su edificación tienen 1% de impacto en la tierra dado que se ubican en grandes superficies, consideradas parte del nuevo lujo orientado en la calidad de vida y el confort para el descanso, así como la preservación del bienestar.
Adicionalmente a la rentabilidad financiera, incluyen el uso de materiales locales que dan confort térmico, acústico, iluminación con bajo consumo energético y reciclaje, entre otros.
“A final de cuentas, el nuevo lujo no es el dinero, sino la calidad de vida y la comodidad del hogar. Todo ligado a la salud y bienestar, no como la ausencia de enfermedad, sino como un estado idóneo para disfrutar el potencial de las personas”, concluye.
Salud, más allá de la estética
Con un mercado valuado en 86 mil millones de dólares, que creció de 2017 a la fecha a un ritmo anual de 10%, la medicina estética basada en la tecnología ubica a México y sus principales destinos de ciudad y playa en la tercera posición en el continente, después de Brasil y Estados Unidos.
Como una variable acelerada a partir de la pandemia, el bienestar orientado a la estética hizo que los procedimientos corporales ampliarán la integración de aparatología a los espacios que tradicionalmente se destinaban en spas o áreas de resorts enfocados en el turismo médico.
“México por su cercanía y puente con Estados Unidos, siempre está generando o recibiendo una nueva tecnología, lo último en las tendencias cada vez menos invasivas para quien hoy piensa en su uso más allá de la estética”, explica Nelson David Vanrell, Director General de Dermo Health.
La innovación en tratamientos, se ha convertido en un hilo conductor de la oferta de los espacios destinados a la salud como spas, clínicas de belleza, sofisticados resorts y clínicas de corta estancia donde un creciente número de médicos estéticos ensancha el mercado.
Con una oferta de 25 mil médicos especializados, los ingresos que genera el turismo médico ascienden a 8 mil millones de dólares, respecto a los 10 mil que se espera alcance en 2023.
Top 4 tendencias Wellness
· Desarrollo de los sentidos y el cuerpo.
· Entornos para el mindfulness y sus técnicas.
· Contacto con la naturaleza para actividades de senderismo, rapel, observación, gastronómica.
· Paisajismo y entornos con un bajo impacto ambiental.