Día a día mantenemos una lucha contra un impulso casi irresistible: el de la procrastinación. El de aplazar algo pendiente y derivar nuestra atención a algo que probablemente nos aleja de la mayoría de tareas productivas.
Vivimos en la cultura de la distracción, y si hay un elemento que haya contribuido a ello ese es el teléfono móvil, que ha potenciado el papel de internet en este ámbito. Si ya teníamos una impresionante capacidad para perder invertir el tiempo en menesteres poco productivos, las constantes llamadas de atención de estos dispositivos nos han acabado de condenar. Hay muchas más fuentes, claro, pero también hay remedios, y la ciencia quiere que los pongamos en práctica de una vez.
Un artículo del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) establece que hay quien diferencia el trabajo en un "trabajo profundo" y en un "trabajo superficial". Cal Newport es de hecho el autor de "Deep Work", un libro en el que trata de establecer "reglas para el éxito enfocado en un mundo distraído".
Para este autor ese trabajo profundo es "la capacidad de centrarse sin distracciones en una tarea cognitivamente exigente". Ese tipo de trabajo requiere una voluntad férrea contra las distracciones, pero la recompensa es patente según el autor: nos permite mejorar nuestras capacidades de forma notable, tanto en calidad como en cantidad.
Te damos cuatro consejos para no dejes todo para después:
Sí, proyéctate en el futuro e imagina lo bien que te sentirás cuando hayas dejado de procrastinar y completes esa tarea. Lo inverso también funciona, es decir, puedes anticipar los mal que te sentirás dentro de una hora (deberías) por seguir viendo Facebook sin terminar ese reporte que te habían pedido.
Una de las cosas más difíciles de hacer al enfrentarse a una nueva tarea productiva es empezar a trabajar en ella. Puede que tengas miedo al fracaso, pero aquí también funciona lo de convencerse a uno mismo que no hace falta llegar al objetivo final, y que simplemente podemos ir haciendo una pequeña parte de la tarea para empezar. Algo es algo, y eso da fuerzas para empezarla.
No te flageles psicológicamente por procrastinar y perder el tiempo. Eso no suele ayudar mucho porque te suma aún más distracción, así que lo recomendable aquí es sustituir esos pensamientos negativos por otros positivos que te ayuden a afrontar las próximas tareas con más y mejor ánimo.
Similar al punto dos, pero en lugar de tratar de ir a la tarea más difícil -eso da aún más pereza- empieza por lo fácil, lo que puedas resolver más rápido. Eso te dará fuerzas y cierta inercia para luego tratar de resolver los problemas más difíciles.
Al final tendrás más tiempo para disfrutar cuando termines tus pendientes.