Recuerdo una famosa entrevista que le hizo David Letterman a Bill Gates en 1995.
Gates era el hombre más rico del mundo y Letterman tenía el show más popular de Estados Unidos.
Voy a tratar de parafrasear la mejor parte de la conversación:
-Letterman: ¿Qué es el internet?
-Gates: Un lugar donde la gente publica cosas de todos los temas, puedes mandar correos electrónicos, es increible.
-Letterman: Acaban de anunciar que puedes escuchar partidos de baseball (en tono burlón dijo) la radio hace lo mismo.
-Gates: La diferencia es que lo puedes escuchar cuando quieras, no solo cuando se transmite.
-Letterman: ¿Has escuchado los cassettes y las grabadoras? Te permiten hacer exactamente eso.
En su momento Gates parecía un geek hablando de una tecnología absurda. Era difícil describir las diferencias entre el internet, la radio y la televisión.
En la actualidad, donde mi lavadora y mi cafetera están conectadas al internet, el streaming mató a la TV por cable, los pódcast a la radio y Spotify a los discos físicos, todo hace sentido.
El metaverso
Parece que nadie puede describir al metaverso, la palabra parece sinónimo de ciberespacio o internet, esto se debe a que el término no hace referencia a una tecnología en específico si no a un cambio en la forma en la que vamos a interactuar con la web y, en algún punto, este término se volverá como ‘internet’, tan amplio que deja de describir algo en específico. Justo como el internet en 1995.
La idea de un metaverso único como un mundo virtual alternativo donde todos estaremos la mayor parte del tiempo, una casa virtual costará más que una física y sustituiremos la realidad con una versión virtual, son casi imposibles. Es como decir que Google es el internet. Existe multiples jugadores que desarrollaran software y ecosistemas a los cuales podríamos llamar metaversos, incluyendo compañías como Meta (antes Facebook), Fortnite, Snapchat, Microsoft, entre otros.
Las tecnologías a las que se refiere el metaverso es la evolución de la web como la conocemos. Antes podíamos acceder solo con Netscape o Internet Explorer desde una computadora de escritorio y consumir texto y algunas imágenes.
Después llegaron los portales con ecosistemas propios como Yahoo!, MySpace y después Facebook, smartphones y después dispositivos como el iPhone pusieron las cualidades de la web en todo lugar. En el futuro, dispositivos de realidad aumentada y realidad virtual nos permitirán consumir información de maneras diferentes, más integradas a nuestras vidas.
El metaverso ya está aquí, y no solo es uno, todos estamos conectados de manera virtual en WhatsApp, Instagram y Zoom.
Juegos como Fornite realizan conciertos virtuales de artistas reales dentro del juego. Todo esto desde computadoras, consolas de juegos y smartphones.
Si la pandemia de Covid hubiera llegado en 1995, el 90 por ciento de las empresas no hubieran podido operar. La tecnología no estaba lista. Imagina este último año sin videoconferencia, e-mail, WhatsApp y pagos digitales. Con el tiempo, unir experiencias físicas y virtuales se volverán más naturales, como ahora parece simple que algunos se conecten de manera remota a juntas presenciales.
El metaverso no es un videojuego donde eres tu avatar y dejas de ser tú, es la integración de la tecnología a tu vida y trabajo, eliminando cada vez más límites físicos como ubicación geográfica e interconectividad.
Las compañías capaces de integrar sus sistemas para una experiencia realmente omnicanal, podrán reclutar al mejor talento global sin poner en riesgo la productividad o ambiente laboral.
Hasta la próxima semana: Manuel.
Ps. Me gustaría leer tus comentarios, puedes buscarme en los iconos de contacto en este texto.
