“Si actuamos con sentido de urgencia e inteligencia, el secuestro de carbono podría ser una pieza clave para mitigar el cambio climático y asegurar un futuro sostenible”, comenta Manuel Trevilla
Si realmente queremos abordar el cambio climático es fundamental comprender qué es el secuestro de carbono.
En términos simples, el secuestro de carbono es un proceso que busca capturar y almacenar el dióxido de carbono (CO2) presente en la atmósfera.
El gas de efecto invernadero es el principal responsable del calentamiento global, por lo que, al disminuir su presencia en el aire, podemos reducir su impacto en el clima.
Ya existen varias tecnologías para el secuestro de carbono, aunque todavía no se han implementado en gran escala. Algunas de estas tecnologías buscan capturar el CO2 desde su origen, como las centrales eléctricas o las fábricas, mientras que otras buscan capturarlo directamente desde la atmósfera. Una vez capturado, el CO2 se almacena en lugares como acuíferos profundos, reservas de gas agotadas o bajo tierra. Leiste correctamente, con el secuestro de carbono inyectaríamos “materia prima” que en miles de años se convertiría en gas y petróleo, si este no se extrae y se utiliza como combustible, no generaría daño al medio ambiente.
Aunque el secuestro de carbono puede ser una parte importante de nuestra estrategia para combatir el cambio climático, no es una solución mágica.
Para hacer frente a este problema, también debemos reducir nuestras emisiones de CO2 y aumentar el uso de fuentes de energía renovable. Además, es importante tener en cuenta que existen preocupaciones sobre el costo y la viabilidad a largo plazo del secuestro de carbono.
Por tanto, ¿cómo podemos asegurarnos de que el secuestro de carbono sea una herramienta efectiva en nuestra lucha contra el cambio climático? Enumero dos puntos principales:
En primer lugar, necesitamos invertir en investigación y desarrollo para mejorar y expandir las tecnologías de secuestro de carbono.
Segundo, se requieren políticas gubernamentales y económicas que fomenten la adopción de tecnologías de secuestro de carbono y reduzcan nuestra dependencia de los combustibles fósiles.
Si actuamos con sentido de urgencia e inteligencia, el secuestro de carbono podría ser una pieza clave para mitigar el cambio climático y asegurar un futuro sostenible.