Los tenedores de bonos de Petróleos Mexicanos están cosechando los beneficios del apoyo del presidente, Andrés Manuel López Obrador a la empresa productiva del Estado incluso después de que accidentalmente ‘incendiara el mar’.
La petrolera, que es la más endeudada del mundo, fue noticia mundial el viernes pasado cuando imágenes apocalípticas del incendio circularon en las redes sociales, lo que generó críticas de personas como la activista Greta Thunberg y la congresista estadounidense Alexandria Ocasio-Cortez.
Los tenedores de bonos fueron más indulgentes. Los 3 mil 800 millones de dólares en bonos de referencia a 10 años de la compañía subieron esta semana, ampliando las ganancias del 1.2 por ciento de la semana pasada.
Los bonos se cotizan por encima de 98 centavos por dólar, cerca del nivel más alto en tres semanas, y muy por encima de los 84 centavos por dólar a los que se vendieron cuando se colocaron los bonos en octubre del año pasado.
Los inversionistas hicieron la ‘vista gorda’ ante el accidente del oleoducto luego de que la Secretaría de Energía designara a Pemex como el operador del mayor descubrimiento de petróleo del país realizado por empresas privadas, ante las objeciones de un consorcio liderado por Talos Energy.
La decisión del Gobierno de adjudicar a Pemex el campo Zama, como se conoce el hallazgo, se produjo pocos días después del derrame de petróleo.
“Zama es realmente un paso más para mostrar como el Gobierno respalda el crédito”, consideró Roger Horn, estratega senior de SMBC Nikko Securities America en Nueva York. “El derrame parecía aterrador, pero la compañía dice que no representa un riesgo grave”.
López Obrador dijo que se han contenido los daños de la filtración y que ya se inició una investigación sobre la causa. Un portavoz de la Presidencia no respondió a una solicitud de comentarios adicionales.
La última demostración del fuerte compromiso del presidente con Pemex hace que el diferencial de 324 puntos básicos de sus bonos sobre la deuda soberana mexicana sea una perspectiva atractiva, sostuvo Horn.
No obstante, Pemex sigue inmersa en problemas profundos.
La carga de deuda de la empresa se ha disparado a casi 114 mil millones de dólares, al tiempo que lucha por revertir una disminución de la producción de décadas. En el primer trimestre, Pemex logró incrementar la producción de petróleo respecto del último trimestre de 2020, aunque se mantiene 1.4 por ciento por debajo de las cifras del año pasado.
A pesar del aumento, la compañía registró una pérdida neta de mil 900 millones de dólares en el primer trimestre.
Afortunadamente para la empresa, el apoyo de López Obrador ha sido constante.
Desde que asumió el cargo en 2018, el presidente ha seguido una política de poner a México primero, buscando apuntalar las envejecidas empresas estatales del país. A principios de este año, respaldó una legislación para priorizar las concesiones petroleras de Pemex al descartar un programa para abrir el sector petrolero del país a más inversiones del sector privado.
Si bien ese proyecto de ley fue suspendido por los tribunales del país, ha servido como una clara señal a los mercados de que la Administración de López Obrador continuará protegiendo los activos estatales. Eso, sumado a un entorno externo que eleva los precios del petróleo y la caída de la demanda de instrumentos del Tesoro, está impulsando los avances de los bonos de Pemex.