Apenas unos días después de que el peso mexicano alcanzara su mejor nivel en cinco años frente al dólar, la era del llamado ‘superpeso’ podría haber llegado a un abrupto final.
Desde que inició la crisis bancaria, el peso se ha debilitado un 5.48 por ciento, el peor desempeño entre las 23 principales monedas de mercados emergentes seguidas por Bloomberg durante ese período.
El desmoronamiento del peso proviene de la agitación en la banca global que ha llevado la volatilidad implícita de la moneda a un mes a 17.2 por ciento, la más alta en más de dos años y medio.
Eso ha socavado el atractivo de las altas tasas de interés de México, el llamado carry trade cuando inversionistas toman prestado en una moneda para invertir en otra.
El ‘superpeso’ ya cedió su ‘corona’
Si bien el peso sigue siendo atractivo por la tasa de interés de 11 por ciento del Banco de México, ya no es la única opción ni la más obvia en los mercados emergentes.
Las preocupaciones de que la inestabilidad financiera en las economías desarrolladas persista, ahora hacen que la rentabilidad ajustada al riesgo sea mejor en el real brasileño y el peso colombiano.
El peso ya perdió su corona como la moneda de mercado emergente con mejor desempeño este año, con su ganancia de 1.7 por ciento deslizándose detrás de la del peso de Chile, que se ha fortalecido 3 por ciento.
¿Banxico se verá ‘obligado’ a parar ciclo alcista?
“El nearshoring, la sólida perspectiva fiscal de México y el, todavía, buen carry justifican una visión constructiva, pero descartamos nuestros largos y nos mantenemos neutrales, especialmente dados los temores de una recesión en Estados Unidos y el reciente aumento en la volatilidad global”, dijo Guilherme Lemos, administrador de cartera responsable del libro de América Latina en XP Asset Management.
No solo el aumento de la volatilidad ha afectado al peso mexicano. Tras las crisis de Silicon Valley Bank y Credit Suisse, los operadores ahora se preguntan cuánto tiempo más podrá extender el Banxico su ciclo de ajuste.
La parte corta de la curva swap de México ahora muestra una tasa de política implícita de 11.14 por ciento en seis meses, frente al 11.55 por ciento hace solo 30 días.