Lo peor está por venir para el peso argentino, que ya es la moneda más débil del mundo este año, según estrategas de Bank of America (BofA).
El tipo de cambio oficial se debilitará a 545 por dólar para fines de este año y luego caerá a 1.193 para fines de 2024, ya que los estrategas del banco esperan que el ganador de las elecciones presidenciales del país devalúe aún más el peso a partir de diciembre.
El gobierno actual devaluó esta semana la moneda en un 18 por ciento a 350 después de sufrir una derrota en una elección primaria crucial el domingo. Los activos argentinos se desplomaron tras un desempeño más fuerte de lo esperado del candidato libertario Javier Milei, quien quiere dolarizar la economía y abolir el banco central.
“El mercado de divisas seguirá bajo presión”, dijeron estrategas como Sebastian Rondeau, Jane Brauer y David Hauner. “Esperamos una mayor devaluación por delante”.
Señalaron la creciente incertidumbre política, la presión sobre la inflación antes de las elecciones generales de octubre, el impacto de la sequía en las exportaciones y las reservas de divisas en territorio negativo.
La devaluación llevó a los argentinos que no tienen acceso a dólares en el mercado oficial a correr para comprarlos en el mercado paralelo en las calles de Buenos Aires, empujando esa tasa por encima de 700, según el sitio web dolarhoy.com.
Los estrategas de Bank of America dijeron que la devaluación fue “positiva en general” dado que la moneda estaba altamente sobrevaluada, y dijeron que era favorable que el gobierno actual estuviera soportando la carga de parte de un ajuste macroeconómico necesario.
“Debería ser favorable para el acuerdo con el FMI que está pendiente de la aprobación de la Junta del FMI para un desembolso de préstamo de 7.5 millones de dólares”, escribieron. Sin embargo, la devaluación ejercerá más presión sobre la inflación.
Los bonos de la nación, ya profundamente angustiados, lideraron las caídas en los mercados emergentes después de la medida. Bank of America mantuvo una recomendación sobreponderada sobre la deuda, ya que los estrategas ven un mandato fuerte y claro para el cambio en las políticas económicas.