Mientras un agitado Donald Trump luchaba para esquivar a una tranquila Hillary Clinton en los últimos momentos del debate presidencial de la semana pasada, los mercados empezaron a repuntar en Asia y el precio del oro comenzó a caer. Esas eran señales de alivio de los inversores, aseguraron los artículos de prensa, de que una presidencia de Trump era cada vez menos probable.
Sin embargo, ha habido una notable excepción a la apatía de los mercados sobre Trump: los inversionistas que compran y venden el peso mexicano han demostrado una notoria preocupación.
El peso perdió el 11 por ciento de su valor frente al dólar este año casi al mismo tiempo que Trump se fortalecía en las encuestas, y caía hasta un nivel mínimo récord de 19.93 el 27 de septiembre cuando el sondeo de Bloomberg Politics mostró que estaba empatado con Clinton.
En los Estados Unidos, los precios de la deuda y las acciones muestran fluctuaciones más cerradas para cualquier año de elecciones presidenciales en al menos dos décadas, según datos compilados por Bloomberg. Este es un escenario poco probable para los mercados de un posible cambio radical.
Cuando Donald Trump derrotó a los otros 16 oponentes en las primarias republicanas, los movimientos en los mercados de Estados Unidos no mostraron correlación con sus subidas y bajadas en las encuestas.
Se observa que el comportamiento de la volatilidad de las acciones con la de los bonos, están más cerca de seguir el patrón de comportamiento de 2012, cuando Barack Obama se convirtió en el primer presidente, desde Ronald Reagan, en ser elegido y reelegido por la mayoría del voto popular.
En lo que se refiere al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que entró en vigor en 1994, el comercio estadounidense con México aumentó cinco veces, a más de 500 mil millones de dólares anual en diversos productos. México , como tercer mayor socio comercial de Estados Unidos después de China y Canadá, envió el 73 por ciento de sus exportaciones a Estados Unidos en 2015, según datos compilados por Bloomberg.
No hay duda de que ellos creen que una presidencia Trump sería mala para el vecino del sur de Estados Unidos si el empresario del sector inmobiliario y franquicias de casino cumple su promesa de construir un muro en la frontera y renegociar el TLCAN, que incluye a Canadá, México y Estados Unidos.
Si bien el destino político de Trump tiene el poder de mover un mercado cambiario, cae en oídos sordos en otros. Ni su elogio del presidente ruso, Vladimir Putin, ni sus expresiones de desprecio por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) influyeron para mover el rublo.
No sólo no ha habido relación ALGUNA entre el desempeño del mercado y las encuestas sobre Trump, sino que ha habido pocas señales de ansiedad entre los inversionistas sobre el veredicto que los votantes darán en noviembre.
Las fluctuaciones de los precios de la deuda y las acciones este año son las más pequeñas desde 1992, cuando Bloomberg comenzó a recopilar estos datos. La volatilidad implícita media del S&P 500 durante los últimos 120 días es de 14.4 por ciento.
Es la cifra más baja que en cualquiera de los años de las últimas seis elecciones presidenciales, y significativamente inferior a la volatilidad media durante esos años, situada en el 18.3 por ciento.
En el mercado de bonos, los inversores globales revelan que no hay ninguna expectativa de que 2016 será un año de cambios significativos, esto se debe a que la volatilidad implícita de los valores del Tesoro es del 68.7 por ciento durante los últimos 120 días, menos que en el mismo periodo de cualquier año electoral desde 1988 y muy por debajo del promedio de 105.3 por ciento de las últimas siete temporadas de campaña electoral.
Esto implica que los inversionistas no creen que Trump vaya a ganar, o simplemente no les importa. La indiferencia no puede ser descartada - los profesionales financieros saben que los presidentes no pueden hacer magia sobre los asuntos económicos como ellos dicen.
Pero la excepcional estabilidad de los mercados globales ante la agitación política de Estados Unidos favorece a la primera explicación: En contraste con los años de elecciones anteriores, los inversionistas están convencidos de que sólo hay un resultado probable en esta ocasión.
El hecho es que el índice Standard & Poor's 500 ha subido de forma irregular este año sin ninguna correlación con la tendencia de subida y bajada de Trump en las encuestas. A veces las ganancias y pérdidas del mercado coincidieron con su destino político. Otras veces no.
En tanto que en el mercado de valores del Tesoro, las fluctuaciones de precios diarias durante los últimos nueve meses no muestran afinidad con las subidas y bajadas de Trump en las encuestas.
Sin embargo, cualquier posibilidad de una presidencia de Trump debilitaría al dólar y los títulos de deuda de Estados Unidos, de acuerdo con los estrategas de inversión de MRB Partners. "Sobre la base de las propuestas fiscales, los valores del Tesoro y el dólar correrían un mayor riesgo si Trump es elegido, reflejando un déficit presupuestario mucho más grande", escribieron en un informe el 13 de septiembre.
En resumen, la inusual estabilidad de los mercados de Estados Unidos este año podría implicar que los inversionistas esperan que si Trump gana la presidencia de Estados Unidos, el mundo no experimentaría ningún cambio significativo con respecto a la administración Obama.
El reto es encontrar a alguien que crea esto.
*El autor es fundador de Bloomberg News
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