El consumo de los caldos de pollo industrializados, ya sea en cubo, polvo o granulados, podría representar un riesgo para la salud debido a diversos ingredientes dañinos que contienen, especialmente para las personas con hipertensión, advirtió la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).
Uno de los principales componentes dañinos en estos productos es la sal, o cloruro de sodio, la cual, si bien es necesaria para el organismo, su consumo en exceso resulta dañino para salud al dar pie a enfermedades cardiacas e hipertensión.
Otro de los componentes peligrosos es el glutamato monosódico, un potenciador del sabor que se añade comúnmente a los alimentos procesados debido a que activa ciertas terminales en la lengua que hacen que el sabor de cada alimento sea más fuerte.
No obstante, su uso es controvertido, ya que se relaciona con cuadros de dolores de cabeza, sudoración, opresión en el pecho, ardor en la boca y mareos.
Los caldos de pollo industrializados también contienen colorantes, saborizantes naturales y artificiales, especias, carne y grasa de pollo, azúcar, fécula de maíz y grasas vegetales.
De forma natural, los caldos se obtienen de la cocción de carnes, pescados, mariscos, o verduras, y, al prepararlos, se puede determinar el aporte nutrimental, los condimentos y la cantidad de sal con la que contará, sin embargo, en los productos procesados esto no se puede controlar.
Por lo cual, “si bien los cubos de caldo representan practicidad en la cocina para la preparación de sopas, arroces, pastas, marinados y guisos considera que su consumo recurrente puede significar que le estés dando a tu organismo altos contenidos de sal, en consecuencia de sodio, lo cual es dañino para tu salud”.