En el entorno actual, donde la inflación se mantiene al alza y no se tiene certeza de cuándo se estabilizará, las compras de primera necesidad deben hacerse de manera inteligente, buscando ahorros para que el impacto en el presupuesto del hogar no se vea afectado significativamente por el incremento en precios.
De acuerdo con Alberto Vázquez, coordinador contable de Melonn, empresa especializada en fulfillment (proceso del producto) y e-commerce y experto en finanzas personales, “se tiene que definir una lista de los productos a comprar. Alinearse a ella es fundamental, dado que los gastos no programados son la principal causa del deterioro del presupuesto familiar. Una forma de obligarse a respetar el listado es verificar el costo de los productos por Internet para definir el monto con el que se realizarán las compras y solo permitirse gastar hasta un máximo de 10 por ciento adicional sobre el presupuesto definido”.
Vazquez comentó que las finanzas se ven aliviadas si uno aprovecha las compras o promociones por volumen en artículos no perecederos, tal como son los de higiene y cuidado personal, sin embargo, recomendó como primer paso comprobar qué productos del hogar se utilizan con mayor frecuencia y cuáles son indispensables cada vez que se realicen las compras familiares.
“Inscribirse a los programas de descuento y clientes frecuentes de las tiendas de autoservicio donde se compre con frecuencia, otorga beneficios como cashback y promociones exclusivas que representan ahorros sustanciales para la cartera. Además tramitar la tarjeta de crédito departamental de la tienda de autoservicio de mayor preferencia, suele ser benéfico, ya que en comparación con las tarjetas bancarias tradicionales, las anualidades son más baratas y, en algunos casos, hasta no se cobra esta cuota de mantenimiento. El costo de los artículos tiende a ser más barato al pagar con estos medios; se reembolsa un porcentaje de lo adquirido y se accede a mensualidades sin intereses.
La planeación es la piedra angular de unas finanzas sanas, según el especialista de Melonn, reducir las visitas a los supermercados al mínimo indispensable es una estrategia adecuada, dado que visitarlos frecuentemente es un síntoma de una mala planeación. Al acudir con frecuencia se destina una mayor proporción del presupuesto familiar a compras innecesarias y se incurre en costos indirectos, tales como gasolina, estacionamiento, entre otros.
Una de las principales recomendaciones que sugirió Vazquez es comparar entre establecimientos, la presentación de los artículos, las marcas utilizadas y los costos de envío.