Mis Finanzas

Las finanzas sanas empiezan desde la educación básica

La Política Nacional de Inclusión Financiera propone integrar los contenidos en materia de educación económico-financiera en los planes y programas de estudio de la educación obligatoria.

Desde la iniciativa privada se hacen esfuerzos para la inclusión y educación financiera. (Ilustración de Esmeralda Ordaz)

La educación matemática y económico-financiera desde los niveles básicos es no sólo una necesidad, sino también una urgencia frente a las tendencias demográficas y financieras a nivel global.

La carencia de dichos conocimientos entre la gente puede generar un rezago del país frente a otros que han avanzado en esa dirección, así como un impacto negativo en las finanzas personales en distintas etapas de la vida.

Por eso, destacan las propuestas e iniciativas desde los sectores público y privado para la educación financiera de las personas, en especial de quienes cursan los niveles escolares obligatorios.

La Política Nacional de Inclusión Financiera (PNIF) 2020-2024 señala que diversos países han incorporado la educación financiera en sus escuelas. Por ejemplo, desde 2010 en Irlanda del Norte es obligatoria para los estudiantes entre 4 y 14 años de edad y en Perú está también de esa forma en el currículo para alumnos en ese rango.


De acuerdo a la literatura -apunta- el desarrollo de hábitos y actitudes financieras comienzan incluso antes de los siete años de edad, además de que la educación económico-financiera en las escuelas tiene el potencial de llegar a un espectro más amplio de la comunidad, como maestros y padres de familia.

Asimismo, se señalan las tendencias a nivel global que subrayan la importancia de la educación económico-financiera, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que hace énfasis en un mayor impulso a las políticas de inclusión financiera, entre otras medidas.

Así, una de las líneas de acción prioritarias que plantea la PNIF es integrar los contenidos en materia de educación económico-financiera en los planes y programas de estudio de la educación obligatoria, que establece la Ley General de Educación.

A su vez, en el estudio “La relación entre las habilidades matemáticas en la niñez y el pago de los créditos en la adultez”, publicado por la Comision Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), Damián Urbina Romero y Alejandro Rodríguez Vega apuntan que fortalecer la educación matemática desde la educación básica podría fomentar el desarrollo de conocimientos para el uso responsable de productos financieros.


También desde la iniciativa privada se hacen esfuerzos para la inclusión y educación financiera. Carlos Marmolejo, director de FINSUS -una Sociedad Financiera Popular (Sofipo) que impulsa el ahorro y la inversión, así como el uso de crédito de manera responsable- ha señalado que “tenemos que aprender desde pequeños que ahorrar es lo más importante para poder tener una salud financiera adecuada en nuestra etapa mayor”.

“En México, solamente el 25 por ciento de los adultos ahorran, tienen una cuenta bancaria, y eso es reflejo de que desde chicos no hemos tenido esa actitud”, expresó.

Incluso hay iniciativas en favor de los empresarios. Konfío, una empresa de soluciones financieras para Pequeñas y medianas empresas (Pymes), cuenta con un blog con tips y consejos para emprendedores y dueños de negocios, en un espacio titulado “Educación financiera”.

Por último, uno de los espacios más relevantes desde el Gobierno Federal es “Educa tu cartera”, donde la Condusef ofrece materiales para todas las edades: “peques”, maestros y familias.

Inclusión financiera

  • La OCDE advierte que incentivar la educación financiera tendrá un impacto en la seguridad social.
  • La Política Nacional de Inclusión Financiera reconoce esfuerzos.
  • A detalle, la finalidad debe ser que se usen de forma responsable los productos financieros.

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