El inicio de un año es una oportunidad para replantear las metas personales, incluidas las financieras y hacer una planeación con un presupuesto asertivo puede hacer la diferencia entre lograr los objetivos o formar parte de la estadística nacional que señala que 3 de cada 10 personas no duermen por sus deudas.
Para definir un plan financiero, lo primero es identificar las metas: las de corto plazo como comprar algún aparato electrónico, una escapada a la playa o ir a un concierto; las de mediano plazo consideran objetivos a dos o tres años y las de largo plazo generalmente es arriba de 5 años.
Hay que detallar los ingresos y los gastos fijos y variables, para saber la capacidad de ahorro y una vez determinada, asignar a cada una de las metas un porcentaje de ese ahorro.
Si después de las fiestas decembrinas aún tienes algo del aguinaldo o la caja de ahorro, busca una alternativa para poner a trabajar ese dinero, es decir, invertirlo. No requieres montos estratosféricos para hacerlo; actualmente hay opciones que permiten hacerlo a menor escala, ya sea en los medios tradicionales o a través de medios digitales, lo importante es verificar si cumplen con las regulaciones del sistema financiero nacional.
En la página de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), www.gob.mx/condusef, hay un simulador de ahorro e inversión en el que puede hacer ejercicios con varios escenarios para identificar las posibilidades de las ganancias obtenidas según el tipo de instrumento, el monto de los depósitos y la periodicidad.
Especialistas en finanzas personales manejan dos fórmulas para organizar las entradas y salidas de flujos. La fórmula 50 / 30 / 20, que significa que el 50 por ciento de los ingresos se va a los gastos fijos ineludibles; el 30 por ciento se asigna a compras no tan necesarias o urgentes y el 20 por ciento restante se coloca en alternativas de ahorro.
La estrategia definida con la fórmula 70/ 20 / 10, permite asegurar que la mayoría de los ingresos cumplan con el objetivo de cubrir los gastos fijos mensuales, el 20 por ciento de los ingresos se deben destinar al ahorro o inversión para generar ingreso a largo plazo y finalmente, el 10 por ciento restante de los ingresos se destina a gastos de ocio y diversión.
En México, más de un tercio de la población mayor a 18 años tiene alguna deuda y de éstos, la mitad consideran su endeudamiento como “moderado”; sin embargo, el 27 por ciento se ha atrasado en el pago de algún préstamo o crédito, según la Encuesta Nacional sobre Salud Financiera 2023 del INEGI
Suprimir los gastos hormiga, fantasma y vampiro, es una vía acertada para mejorar tu capacidad de ahorro o para no endeudarte a fin de mes. Esos gastos aparentemente sin importancia, pero que son diarios o frecuentes como el café por la mañana, la dona, la boleada de zapatos, los cigarros, entre otros, son las erogaciones que se “comen” al año desde 16 mil 900 pesos hasta 32 mil pesos, según la Condusef.
Además de cuidar estos detalles, hay que tomar conciencia de que no se puede gastar si no está respaldado por los ingresos y de preferencia, tenerlo contemplado en el presupuesto personal o familiar.