La administración Biden utilizará un arma económica para combatir en Buena medida el hambre y la falta de trabajo que empuja entre otras razones a la diáspora de Centroamérica del siglo XXI y que amenaza a Norteamérica, buscando impulsar la creación de trabajos en México y Centroamérica al mismo tiempo que impondría medidas en materia impositiva.
Dentro del paquete económico ya aprobado por el cuerpo legislativo de los Estados Unidos (EU), Biden está solicitando la aprobación de más de 800 mil millones de dólares para invertir en promoción económica y creación de empleos en México y Centroamérica y con ello promover entre particulares la inversión en estos países, sin embargo por otro lado Biden también está impulsando programas para consumir lo “manufacturado en América”, bajo el esquema de programas de producción agrícola nacional interna de este país, además, en materia fiscal, está tratando de imponer un impuesto globalizado a las empresas transnacionales Americanas, -incluyendo en México por supuesto-; lo que podría afectar de manera incierta y generar el freno de las inversiones de estadounidenses en el extranjero.
La propuesta de Biden envía un creciente sentido de urgencia a los legisladores para invertir estos miles de millones de dólares encaminados a los programas de promoción económica para disuadir la migración que ingresa por la frontera del sur, y que hoy está siendo simbolizada por niños “no acompañados”, que han causado aprensión en este país.
Biden, al mismo tiempo que lanza este programa para remediar el problema, ha abrogado órdenes ejecutivas impuestas por Trump en cuanto las políticas de seguridad fronteriza y ha detenido la construcción del “muro”, aunque ha dejado vislumbrar, que es posible que las secciones de esta edificación ya construidas queden erectas o que incluso se refuercen, mientras que la emergencia migratoria se soluciona de alguna forma, aunque esto podría tardar años.
Para Trump, el arma política electoral fue cerrar fronteras, hacer caso omiso de lo que pasaba en el mundo externo y convencer a México de que se apropiara del problema migratorio de Centroamérica así como construir un muro físico con México, ya que esa era la forma según el de “combatir” la creciente ola de migración de “asesinos y violadores mexicanos” que estaban llegando a este país.
Esta semana el WSJ publicó que: “Los republicanos criticaron a Biden el viernes –cuando se solicitaron los fondos de ayuda para México y Centroamérica-, por no aumentar los fondos de la patrulla fronteriza o incluir dinero para completar los esfuerzos de Trump de construir el muro en la frontera sur con México. En cambio, Biden propuso invertir 861 millones de dólares en Centroamérica, como parte del paquete de cuatro años de 4 mil millones de dólares que su administración se ha comprometido a gastar para mejorar la economía y la calidad de vida en la región.
Asimismo, señala que otros mil 200 millones de dólares se destinarían a invertir en tecnología de la seguridad fronteriza, como sensores para detectar cruces ilegales y herramientas para mejorar los puertos de entrada. También incluyó una mayor supervisión de la Aduana y Protección Fronteriza y el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, incluidos fondos para investigar las quejas de la fuerza laboral relacionadas con discriminación y leyes supremacistas”
La problemática es que los esquemas que utilizo Trump, y que hoy reclaman sus seguidores republicanos, no hicieron sino agravar la situación por diversas razones como el no contemplar una nueva ley migratoria integral, lo que ubicó más individuos en las sombras de la sociedad estadounidense y acabó con los trabajadores que operaban como un formato tipo “bracero”, mote como se conocía a las personas que venía a trabajar con mano de obra barata a EU, y después regresaban a su país; para ellos la solución fue quedarse en la Unión Americana, por lo difícil que resultaría regresar la temporada agrícola siguiente.
El problema de falta de mano de obra alcanzó a los agricultores en EU y, por la falta de esta no se pudo cosechar y muchos tuvieron que quemar y destruir sus cosechas, luego vino la política de guerra económica con China y los productores de carne, especialmente la de puerco, han clausurado en parte sus esquemas productivos, por lo que el gobierno ha tenido que crear un programa emergente de ayuda para soportar a los más de 20 millones de granjeros.
Durante años, desde la administración de Bill Clinton, se sabía que había que ayudar a su vecino del patio trasero, a México, sobre todo por su estadía en una economía de subdesarrollo económico y político, hoy agudizada por la pandemia y las políticas de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) que no promueven el sector productivo, que abandonó a las empresas pequeñas durante esta crisis sanitaria y que por ello millones de pequeños negocios tuvieron que cerrar, como resultado, la población en grado de pobreza aumentó en un 7 por ciento, es decir en números reales 10 millones de familias de clase media cayeron a niveles de pobreza. Así, desde ahora, muchos analistas estiman que en el mejor de los casos la economía de México se recuperará a niveles de pre-pandemia hasta el año 2025.
Por otro lado, los gobiernos de Guatemala y El Salvador están a solo unos pasos de colapsar y no hacen nada, porque como México, están siendo domeñados por la mafia y los narcotraficantes; pero México ha decidido solamente combatir a los grupos que roban y trafican con la gasolina, pero no así a otros grupos que han seguido apoderándose de los puestos clave de funcionarios de elección popular del gobierno y que son impuestos por estos grupos. Los secuestros, asesinatos, prostitución y consumo de drogas han crecido indiscriminadamente y esto ha alcanzado áreas de beneficio turístico, poniendo en peligro a millones de empleos si debido a ello desciende más el número de visitantes internacionales.
FUTURO DE MÉXICO: Durante el presente proceso electoral en México, donde 21 mil oficiales serán electos, la violencia ha dominado, afectando las nominaciones y procesos de proselitismo, más de 30 candidatos han sido asesinados, la mayoría de ellos eran propuestos por institutos políticos contrarios al partido en el poder; la violencia, el lenguaje con calumnias y difamatorio que domina ahora los spots en los medios de comunicación, así como en el mensaje diario del Presidente de México y que él le llama conferencia de prensa y coloquialmente se le conoce como la “mañanera”, herramienta con la que se mantiene en niveles con indicadores arriba del 60 por ciento del nivel de aprobación a su gestión presidencial.
En México, los políticos sin convicciones, al igual que los Republicanos lo hacen con Trump en EU, se decantan por Morena, “el que este fuera del aparato morenista no tiene futuro como político y se convertirán automáticamente en neoliberal y adversario”; se piensa, y coincido, en que al termino de estas elecciones, el partido en el poder Morena detentará el control político casi absoluto en México.
Sin embargo, el problema no es que un partido domine en lo pudiera ser una época de alternancia, la dificultad es, que todo apunta a que esta gran mayoría será impuesta por grupos de aquellas mafias que no han sido combatidas por la actual política de la administración AMLO y por organizaciones financieras protegidas que hoy controlan, junto con el gobierno de México, la menguante economía de este país al que la administración Biden considera hay que apoyar para terminar en buena parte con la problemática migratoria y no ayudar con armas como en el pasado mediante el plan Mérida.
Aunque actualmente las políticas de ambos países están aún muy lejos de beneficiar a los mexicanos.