Todo empezó en la campaña de Donald Trump hace cinco años cuando él prometió UN MURO que dividiera a México de los Estados Unidos (EU), primero se hablaba de delincuentes mexicanos y el absurdo expresidente inició su discurso de divisionismo entre la población norteamericana que culminó con un “asalto” permitido al congreso de Estados Unidos (EU) ante un débil y tibio partido Demócrata que durante cuatro años no supo que hacer.
Luego en el 2018, comenzaron las caravanas de migrantes sudamericanos inicialmente promovidas por líderes terroristas centroamericanos y apoyados por capital y promoción republicana a la que le convenía decir que: “la frontera de México representa una amenaza para los estadounidenses”; después se les salió de la manos y el gobierno de México salió al rescate no solo para congratularse con Trump, los presidentes de México y de EU, coincidían en muchos puntos; sobre todo en el control poblacional por divisionismo, por miedo y por opresión a los grupos demócratas.
Hoy ante la lenta respuesta del presidente Joe Biden para cortar el asunto de tajo, los republicanos han visto la coyuntura para imbuir miedo en las familias, en su electorado y aunque el flujo de migrantes ilegales está bajo control en términos generales, los republicanos insisten en EL MURO, en la necesidad de aislarse de México e imponer medidas migratorias mas duras y hasta han desplegado mas de 3 mil efectivos de la Guardia Nacional, “la de a de veras”, la que apoya al ejercito y no una conformada por delincuentes reclutados de un día para otro, para controlar e imponer miedo al pueblo; con ello el problema en EU se ahonda y México se empantana.
La semana que antecedió al 4 de Julio las ventas de armas subieron más de 30 por ciento y un familiar del exmandatario Trump, ha persuadido al pueblo texano que debe de armarse y “estar preparados”. Mire, el Gobernador de Texas firmó hace unos días una ley que permitirá, como en principios de los 1800, que los ciudadanos anden armados, que porte armas libremente y han hecho creer a los ciudadanos que la “crisis migratoria” pone en peligro sus vidas.
El gobernador de Ohio, Mike DeWine, del ala republicana, fue el último gobernador de este partido en aprobar el despliegue de tropas de la Guardia Nacional en la frontera entre EU y México para ayudar a abordar el número récord de personas que buscan asilo que están cruzando hacia la Unión Americana.
El gobernador de Ohio dijo en un comunicado de prensa que había autorizado a 185 miembros de la Guardia Nacional del Ejército de Ohio a unirse a los 3.000 miembros enviados desde otros estados para ayudar a los agentes de Aduanas y Protección Fronteriza de EU en la frontera.
La gobernadora de Dakota del Sur, Kristi Noem , anunció el martes que enviaría un despliegue inicial de hasta 50 soldados de la Guardia Nacional de Dakota del Sur para “asegurar” la frontera. “La frontera es una crisis de seguridad nacional que requiere el tipo de respuesta sostenida que solo la Guardia Nacional puede brindar”, dijo Noem en ese momento. La medida se produjo días después de que el gobernador de Florida, Ron DeSantis (R), quien como Noem es considerado un posible contendiente de la Casa Blanca en 2024, dijera que enviaría a 50 agentes de policía a Texas para ayudar en la seguridad en la frontera. DeSantis, aunque inicialmente anunció su deseo de enviar agentes de la ley de Florida a la frontera a principios del mes pasado, argumentó que estaba respondiendo al “fracaso de la administración de Biden para asegurar nuestra frontera sur”.
“La crisis de seguridad fronteriza de EU afecta a todos los estados y a todos los estadounidenses”, dijo en un comunicado el. Gobernador de Arkansas: ‘Mal precedente’ para enviar guardias financiados con fondos privados ... Republicanos que esperan que la Casa Blanca adopte una postura dura sobre inmigración mantienen la narrativa de una “crisis” en la frontera ha sido adelantada por el ex presidente Trump, quien el miércoles se unió al gobernador de Texas Greg Abbott y a un grupo de conservadores de la Cámara en una visita a la frontera entre EU y México. Abbott ha prometido ayudar a completar la construcción del muro fronterizo de Trump, una promesa clave de campaña que, según dijo, frenaría la inmigración ilegal, mediante el uso de una combinación de donaciones privadas y fondos estatales del dinero de ayuda federal aportado para mitigar el COVID-19 pero no utilizado para ese fin sino a capricho de Abbott.